Ayer puse un mensaje de apoyo a Ramón y lo hice de forma directa, sin haberlo escrito previamente. Después, al releerlo una vez que lo hube mandado, me di cuenta de que se puede llegar a interpretar mal algún punto del mismo. Por ello quiero aclarar que el espíritu del escrito, no es menospreciar a nadie y mucho menos a unos chicos de una ciudad como Barcelona.
Quiero dejar constancia de ello, sobre todo ahora que hay tanta susceptibilidad con el tema del nacionalismo. Nunca he menospreciado a nadie y seguiré sin hacerlo (a no ser que antes lo hagan conmigo) y menos a quien es de una comunidad con la que tantos vínculos me unen, empezando por que mis raíces, aunque un poco lejanas ya, son catalanas en alguna medida, pues mi bisabuela y mis tatarabuelos eran catalanes de pura cepa y mi abuela vivió la mayor parte de su vida en esa tierra. Además de que en gran medida, yo le debo mucho y siempre le estuve muy agradecido, a la gran empresa catalana en la que empecé a trabajar en Almería, que fue la que influyó muchísimo en la vida que después he tenido.
Lo único que quise hacer ver con el escrito, aunque posiblemente no lo hiciera de la forma más acertada, era:
-La diferencia de formas de ser y de jugar, de unos chicos de ciudad comparándolos con nosotros, que vivíamos en un pueblo muy diferente incluso de otros pueblos.
-Lo que me acordaba de Ramón y de mis amigos y lo que los echaba de menos.
-Dejar constancia de que cuando se han tenido amigos de la niñez, esa amistad es para toda la vida, pues aunque hayamos estado separados más de cuarenta años, al reencontrarnos seguimos siendo los mismos y tenemos la misma confidencialidad que cuando éramos niños.
Espero haber dejado claras mis intenciones y que nadie se sienta molesto.
Reitero mis ánimos a Ramón y desde aquí le mando un fuerte abrazo.
Quiero dejar constancia de ello, sobre todo ahora que hay tanta susceptibilidad con el tema del nacionalismo. Nunca he menospreciado a nadie y seguiré sin hacerlo (a no ser que antes lo hagan conmigo) y menos a quien es de una comunidad con la que tantos vínculos me unen, empezando por que mis raíces, aunque un poco lejanas ya, son catalanas en alguna medida, pues mi bisabuela y mis tatarabuelos eran catalanes de pura cepa y mi abuela vivió la mayor parte de su vida en esa tierra. Además de que en gran medida, yo le debo mucho y siempre le estuve muy agradecido, a la gran empresa catalana en la que empecé a trabajar en Almería, que fue la que influyó muchísimo en la vida que después he tenido.
Lo único que quise hacer ver con el escrito, aunque posiblemente no lo hiciera de la forma más acertada, era:
-La diferencia de formas de ser y de jugar, de unos chicos de ciudad comparándolos con nosotros, que vivíamos en un pueblo muy diferente incluso de otros pueblos.
-Lo que me acordaba de Ramón y de mis amigos y lo que los echaba de menos.
-Dejar constancia de que cuando se han tenido amigos de la niñez, esa amistad es para toda la vida, pues aunque hayamos estado separados más de cuarenta años, al reencontrarnos seguimos siendo los mismos y tenemos la misma confidencialidad que cuando éramos niños.
Espero haber dejado claras mis intenciones y que nadie se sienta molesto.
Reitero mis ánimos a Ramón y desde aquí le mando un fuerte abrazo.
