Me parece que viene muy bien para conocer la historia de esta tierra que Don Ramón también nos haya contado el triste episodio que sufrió su padre y su familia. Porque esas historias se deben saber para escarnio de quien corresponda, aunque seguramente los culpables ya no estén entre nosotros. El padre de Don Ramón y seguramente muchas personas más, honradas y trabajadoras, tuvieron que padecer los abusos de malas personas que confundían la responsabilidad de sus puestos con el poder absoluto de creerse los "dueños del cortijo". Pero lo mejor de todo es que el espíritu de la gente buena de estas tierras, con su silencio, su discreción y su entrega estarán siempre muy por encima de todos aquellos que algún día se creyeron los dueños de un pueblo. Pero la historia al final tarde o temprano nos pone a cada uno en nuestro sitio: antes dueños de un pueblo y ahora tristes protagonistas de una época de España. Al fin y al cabo estos jefecillos lo tuvieron más fácil en una época en que no había democracia. Sin embargo tristemente también hoy en día, con un estado democrático consolidado, somos testigos cómo después de casi 6 años de un fatal accidente aéreo, 62 españoles fueron abandonados y olvidados por sus jefes y por sus políticos, precisamente también como muchos mineros de Rodalquilar, por haber hecho lo que mejor sabían: cumplir con su deber entregando su vida si fuera necesario. Las familias solo piden justicia desde entonces. Desde entonces no entiendo ni de PEPÉS ni de PSOES, solo creo en el sentido de la JUSTICIA, aunque al final no la haya. Con el permiso de Don Leocadio como más antiguo de este foro, quisiera dedicarles a ELLOS desde aquí mi respeto, mi recuerdo y mi oración.
Mañana marcho para Almería y espero traerles a la vuelta buenas noticias.
Por cierto Don Leocadio en la cala de la Polacra he sido testigo de haber pasado unas cuantas noches completas de mi vida. De esas imborrables de casi calma chicha del mes de agosto, de las que usted y Don Ramón tan magníficamente nos han descrito bajo la iluminación del cielo maravilloso de nuestro PARAÍSO. Hasta el amanecer. Ahora es reserva marina (eso dicen los papistas que derribaron el cortijo de mi familia, los de Medio Ambiente, y que no se me ofendan quienes permiten a unos y les destruyen a otros) pero en su día en ese lugar conseguí con mi amigo Kauico y mi hermano Pepe una de las mejores pesqueras de mi vida no solo por la cantidad sino por las curiosas especies que nos encontramos: espetones (o barracuda europea) que es un pez de cuerpo largo, muy hidrodinámico lo que lo hace difícil blanco de los fusiles de pesca. Generalmente mide un metro de longitud (así eran los que cogimos), pero se han encontrado ejemplares de hasta 165 cm y 3.6 kg. De cabeza grande con grandes y puntiagudas mandíbulas, provistas de fuertes y agudos dientes; el color del dorso de tonos azulados o verdosos y la zona ventral plateada. Aunque pertenece al mismo género que la conocida barracuda (Sphyraena barracuda), el espetón o barracuda europea no es peligrosa. Menos mal.
Lo único malo que recuerdo son los bichitos de los bolos de la cala que se te colaban dentro del saco de dormir y lo más espectacular: la sensación de la pared vertical del acantilado que parece que se te va a venir encima y el ruido constante de las olas avanzando por los bolos de la cala. No oculto tampoco cierta sensación de miedo. Con tantas emociones, imposible conciliar el sueño en toda la noche. En los años 80, en lugar del último contrabandista de Dª Carmen parecíamos los últimos buceadores de la Polacra. A la vuelta a repartir el pescado con los amigos y la familia y a disfrutar durante unos días de pescado fresco. Qué delito más grande, quizás pescadores furtivos o quizás enamorados de este PARAÍSO. Un ejemplo de delito es bajo la tutela de la Administración destruir 800 metros cuadrados de un cortijo que era un edificio histórico y convertirlo en ruinas; indignos hijos de una tierra los que disfrutaron viendo cómo caían los muros e intentaron destruir la historia de un pueblo al intentar borrar parte de la historia de una familia que como tantas otras es historia de Rodalquilar.
Pero nadie sabía lo que iba a acontecer después.
Lo peor es que todo ya ha prescrito. Pero todavía es una historia inacabada como le digo a mi prima Adriana, que seguramente sea la persona que más ha padecido esta injusticia.
Hasta la vuelta.
Mañana marcho para Almería y espero traerles a la vuelta buenas noticias.
Por cierto Don Leocadio en la cala de la Polacra he sido testigo de haber pasado unas cuantas noches completas de mi vida. De esas imborrables de casi calma chicha del mes de agosto, de las que usted y Don Ramón tan magníficamente nos han descrito bajo la iluminación del cielo maravilloso de nuestro PARAÍSO. Hasta el amanecer. Ahora es reserva marina (eso dicen los papistas que derribaron el cortijo de mi familia, los de Medio Ambiente, y que no se me ofendan quienes permiten a unos y les destruyen a otros) pero en su día en ese lugar conseguí con mi amigo Kauico y mi hermano Pepe una de las mejores pesqueras de mi vida no solo por la cantidad sino por las curiosas especies que nos encontramos: espetones (o barracuda europea) que es un pez de cuerpo largo, muy hidrodinámico lo que lo hace difícil blanco de los fusiles de pesca. Generalmente mide un metro de longitud (así eran los que cogimos), pero se han encontrado ejemplares de hasta 165 cm y 3.6 kg. De cabeza grande con grandes y puntiagudas mandíbulas, provistas de fuertes y agudos dientes; el color del dorso de tonos azulados o verdosos y la zona ventral plateada. Aunque pertenece al mismo género que la conocida barracuda (Sphyraena barracuda), el espetón o barracuda europea no es peligrosa. Menos mal.
Lo único malo que recuerdo son los bichitos de los bolos de la cala que se te colaban dentro del saco de dormir y lo más espectacular: la sensación de la pared vertical del acantilado que parece que se te va a venir encima y el ruido constante de las olas avanzando por los bolos de la cala. No oculto tampoco cierta sensación de miedo. Con tantas emociones, imposible conciliar el sueño en toda la noche. En los años 80, en lugar del último contrabandista de Dª Carmen parecíamos los últimos buceadores de la Polacra. A la vuelta a repartir el pescado con los amigos y la familia y a disfrutar durante unos días de pescado fresco. Qué delito más grande, quizás pescadores furtivos o quizás enamorados de este PARAÍSO. Un ejemplo de delito es bajo la tutela de la Administración destruir 800 metros cuadrados de un cortijo que era un edificio histórico y convertirlo en ruinas; indignos hijos de una tierra los que disfrutaron viendo cómo caían los muros e intentaron destruir la historia de un pueblo al intentar borrar parte de la historia de una familia que como tantas otras es historia de Rodalquilar.
Pero nadie sabía lo que iba a acontecer después.
Lo peor es que todo ya ha prescrito. Pero todavía es una historia inacabada como le digo a mi prima Adriana, que seguramente sea la persona que más ha padecido esta injusticia.
Hasta la vuelta.