Ser ohanense me resulta tan consustancial como el aire que respiro.
Ohanes tiene tantos encantos para mí que dificilmente puedo puedo separar sentimientos tan encontrados como el gozo profundo de correr a su encuentro y la amargura no menos profunda de tener que alejarme y todo en esa dualidad humano/inhumana que la contradición de la
naturaleza me provoca ¿Es posible que todo esto pueda convivir en la misma persona?
Y si a la guinda le faltara algo, ahí está
Santa María de la Consolación de
Tices ... (ver texto completo)