Lamentablemente una
fiesta es ruido, es
color, es derroche, es exceso, pero con los cohetes de nuestro
pueblo (y en otros) es pasarse demasiado, además de peligroso, como otros años ha ocurrido (conatos de incendios, destrozo de los cristales, incluso hace muchos años creo que murió una mujer por un cohete). Hay que buscar una solución que satisfaga a todos. Creo que es posible.