En un día tan triste para Vd., por la pérdida de su respetada y querida esposa, me uno a su dolor deseando que Dios Misericordioso la haya acogido en su
Santo Seno y la proteja en todo momento.
Mis oraciones de mañana Domingo serán dedicadas a ese maravillo matrimonio que fue, el de D. Leocadio y Dñª Carmen, así como ofrecerme para lo que necesite de mi, pués bien sabe mi noble compañero que somos una
familia y nos ayudamos el uno al otro, como tal familia.
Nuevamente mi querido compañero le doy
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