Contaba mi abuela que a la Virgen del Saliente la visitaban muchos promesantes, y que de madrugada llegaban a la Ermita, muchos con las rodillas y los pies sangrando por cumplir promesas, y el Señor Cura, de ese tiempo les regañaba por hacer ese tipo de promesas....
Tu abuela te lo contaba pero yo lo viví y a pesar de aquella corta edad lo recuerdo.