En la entrada al
edificio de clausura todavía puede leerse un grabado emblemático: "Déjalo todo y lo hallarás todo. La llevaré a la soledad y te hablaré al corazón. Toma tu
cruz y sígueme". Aparece escrito en los márgenes del
arco que une la portería con el interior del
convento de
Santa Clara. Cruzarlo significaba el ingreso en la orden de clausura.