Según la leyenda, Calsia dió a luz a nueve hijas (Genivera, Liberata, Victoria, Eufemia, Germana, Marciana, Marina, Basilisa y Quiteria) y creyendo que su esposo, Lucio Catelio Severo, pensara en una infedilidad ordenó tirar a sus hijas al
Río Miñor, mientras Lucio continuaba lejos en una campaña. Sin embargo, la partera Sila que se dirigía a realizar la orden, cambió de parecer y entregó a las niñas a distintas
familias cristianas de diferentes poblaciones.