“LA VIDA NO ES COMO ES… SINO COMO LO RECORDAMOS” 28. V Parte.
Pues no pudo ser… “La Roja” para casa. Como sigamos así… hasta incluso es mejor crear una WEB; ahora que todo nuestro afán es rentabilizar las cosas e incluso nuestras próximas caminatas por el campo este verano. Y es que ya no están nuestras rodillas para andar por andar… nosotros si; sino volver a casa con un puñado de experiencias, ¡qué menos se puede pedir! Ya casi se nos escapa de la memoria aquellas jiras que se hacían preferentemente al “Puente del Salor” y “Los Ojeros” en burro. Nos llamaba poderosamente la atención lo preparaditas – no se estilaba mucho los pantalones en féminas- que iba las muchachas o mozas con su inseparable sombrero su pañuelo al cuello, sentaditas encima del animal de lado. Y cuando llegaba la hora de comer, sentadas se terciaban la servilleta para comer. Nosotros nos decíamos: ¡qué más dará… si vendrán las aves del cielo y los “migollos” se lo llevaran!
Ahora nos decimos otra cosa respecto a esos paseos por el campo. Es raro que no mentemos a los ecologistas de nueva cuña. A aquellos que van con botellas de plástico llena de agua y en cualquier lugar las deja. A aquellos que se preocupan –o es por lo menos lo que nos hacen ver- por el sufrimiento del pajarito y comparan los animales como personas. Debe ser verdad porque se escucha por ahí que las mascotas llegan a parecerse a sus dueños. Es tan así que hemos llegado a conocer a una perrita que era muy “peorra” porque su dueño era un “peorro” (Risas) y que gracioso resultaba, ¡no hombre no… los pedos de la perrita, no los del dueño, que eran asquerosos! Y no contesto con ello, nos pregunta cómo el que no quisiera la cosa: ¿Porqué me huele a mi tan mal los pedos…? ¿Qué es eso, una prueba… o una adivinanza? Le preguntamos a la inversa. Sea como sea, no hemos metido en esta “lozanal” sin querer; cuando nosotros lo que intentábamos decir: que si somos menos consumistas, menos basura que generaremos. Y si lleváramos los envases de aquellas “jiras”: morrala, mochila, zurrón, cazuela, barril y bota… más limpios estarían nuestros campos y si mucho nos apura... una ascuilla para hacer un “aguaillo” y así al mismo tiempo fortaleceríamos nuestro brazo en busca del trozo de tomate perdido. SALUDOS:
Pues no pudo ser… “La Roja” para casa. Como sigamos así… hasta incluso es mejor crear una WEB; ahora que todo nuestro afán es rentabilizar las cosas e incluso nuestras próximas caminatas por el campo este verano. Y es que ya no están nuestras rodillas para andar por andar… nosotros si; sino volver a casa con un puñado de experiencias, ¡qué menos se puede pedir! Ya casi se nos escapa de la memoria aquellas jiras que se hacían preferentemente al “Puente del Salor” y “Los Ojeros” en burro. Nos llamaba poderosamente la atención lo preparaditas – no se estilaba mucho los pantalones en féminas- que iba las muchachas o mozas con su inseparable sombrero su pañuelo al cuello, sentaditas encima del animal de lado. Y cuando llegaba la hora de comer, sentadas se terciaban la servilleta para comer. Nosotros nos decíamos: ¡qué más dará… si vendrán las aves del cielo y los “migollos” se lo llevaran!
Ahora nos decimos otra cosa respecto a esos paseos por el campo. Es raro que no mentemos a los ecologistas de nueva cuña. A aquellos que van con botellas de plástico llena de agua y en cualquier lugar las deja. A aquellos que se preocupan –o es por lo menos lo que nos hacen ver- por el sufrimiento del pajarito y comparan los animales como personas. Debe ser verdad porque se escucha por ahí que las mascotas llegan a parecerse a sus dueños. Es tan así que hemos llegado a conocer a una perrita que era muy “peorra” porque su dueño era un “peorro” (Risas) y que gracioso resultaba, ¡no hombre no… los pedos de la perrita, no los del dueño, que eran asquerosos! Y no contesto con ello, nos pregunta cómo el que no quisiera la cosa: ¿Porqué me huele a mi tan mal los pedos…? ¿Qué es eso, una prueba… o una adivinanza? Le preguntamos a la inversa. Sea como sea, no hemos metido en esta “lozanal” sin querer; cuando nosotros lo que intentábamos decir: que si somos menos consumistas, menos basura que generaremos. Y si lleváramos los envases de aquellas “jiras”: morrala, mochila, zurrón, cazuela, barril y bota… más limpios estarían nuestros campos y si mucho nos apura... una ascuilla para hacer un “aguaillo” y así al mismo tiempo fortaleceríamos nuestro brazo en busca del trozo de tomate perdido. SALUDOS:
