Desde este medio tan peculiar, quiero sumarme al colectivo de ex-alumnos que rinden sincero homenaje a D. Teófilo Hernández, profesor de Matemáticas del Instituto Nacional Pedro de Valdivia de Villanueva de la Serena.
Mi recuerdo de D. Teófilo es entrañable por muchas cosas, creo que era un gran comunicador y un excelente docente, que te desmenuzaba las demostraciones matemáticas de una manera sencilla y de fácil comprensión, de tal manera que hizo enamorarnos de esa asignatura tan correosa para muchos, sin ser un brillante matemático (que con perdón creo sinceramente que no lo era).
Le recuerdo con su traje gris impoluto su coche creo que marrón claro, un dophine creo recordar, y sobre todo la enorme paciencia y tranquilidad para tratar con todos y cada uno de nosotros sin alterarse lo mas mínimo, con su famosa frase de “mirar a ver”, su sencillez a prueba de bomba, que con la perspectiva del tiempo ha hecho crecer en mi recuerdo su figura entrañable.
El verano pasado fui a visitarlo en la residencia de Magacela y entonces me emocioné aún mas, pues al verle totalmente cambiado físicamente (todos lo estamos después de pasar más de cuarenta años), mantenía vivo el brillo en sus ojos y una memoria prodigiosa, relatando multitud de recuerdos y anécdotas tanto de su época docente como de su carrera política, que como no podía ser de otra manera la llevó con una enorme discreción, renunciando a puestos de prestigio que podía haber tenido.
Aunque la noticia de su defunción me apena enormemente, gracias Ana por comunicarlo y solo decir que si de verdad existe un cielo D. TEOFILO entrará en el por la puerta grande (perdona YOLE por el termino taurino pero para los aficionados, forma parte de nuestro vocabulario habitual).
Un saludo para todos
Mi recuerdo de D. Teófilo es entrañable por muchas cosas, creo que era un gran comunicador y un excelente docente, que te desmenuzaba las demostraciones matemáticas de una manera sencilla y de fácil comprensión, de tal manera que hizo enamorarnos de esa asignatura tan correosa para muchos, sin ser un brillante matemático (que con perdón creo sinceramente que no lo era).
Le recuerdo con su traje gris impoluto su coche creo que marrón claro, un dophine creo recordar, y sobre todo la enorme paciencia y tranquilidad para tratar con todos y cada uno de nosotros sin alterarse lo mas mínimo, con su famosa frase de “mirar a ver”, su sencillez a prueba de bomba, que con la perspectiva del tiempo ha hecho crecer en mi recuerdo su figura entrañable.
El verano pasado fui a visitarlo en la residencia de Magacela y entonces me emocioné aún mas, pues al verle totalmente cambiado físicamente (todos lo estamos después de pasar más de cuarenta años), mantenía vivo el brillo en sus ojos y una memoria prodigiosa, relatando multitud de recuerdos y anécdotas tanto de su época docente como de su carrera política, que como no podía ser de otra manera la llevó con una enorme discreción, renunciando a puestos de prestigio que podía haber tenido.
Aunque la noticia de su defunción me apena enormemente, gracias Ana por comunicarlo y solo decir que si de verdad existe un cielo D. TEOFILO entrará en el por la puerta grande (perdona YOLE por el termino taurino pero para los aficionados, forma parte de nuestro vocabulario habitual).
Un saludo para todos
