Datan del Siglo XI
Las Aceñas de Olivares, constituyen un conjunto de
molinos de origen
medieval que fueron la primera industria de la ciudad. Se levantaron hasta siete ruedas para la molienda del trigo con sus correspondientes presas o azudes.
Estas instalaciones, entre los Siglos X y XII pasaron a ser propiedad de la
iglesia y así se mantuvieron hasta la desamortización de Mendizábal.
A lo largo del tiempo han sufrido diversas reconstrucciones, hasta que en el Siglo XIX, perdieron el uso molinero que se le venia dando.