En el último tramo de la nave central de la
Catedral, frente a la
capilla del Cardenal, encontramos el trascoro; en el centro, un
altar cuya tabla representa a
Cristo Salvador, entronizado y bendiciendo, mientras sostiene el orbe en su mano izquierda; a los flancos, la
Virgen rodeada de
santas y
san Juan Bautista rodeado de
santos; a los pies del Salvador san Miguel entre ángeles; en la parte superior de la tabla, varios ángeles y bienaventurados. Ha sido atribuida a Juan Rodríguez de Solís, discípulo de Juan de Flandes.
En torno a la tabla y el altar, un
arco rebajado con cerco pometeado, sobre el que un arco conopial descansa sobre ménsulas representando ángeles músicos. Alberga el
escudo de armas del Cabildo.
A ambos lados del altar, dos vanos simétricos con
puertas de
nogal sobre gradas dan acceso al
coro; los
arcos rebajados tienen en este caso el cerco decorado con
flores cuatripétalas; por encima, los arcos conopiales, que descansan en pilares, albergan el escudo de armas del cardenal Meléndez Valdés.