Se localiza en la zona más llana del municipio de Santa Maria de Nieva. La roca base es pizarra cubierta de sedimentación poco profunda que conforma una pequeña cubeta. Ocupa una superficie aproximada de 16 Km2, y su término municipal es de forma redondeada cuyo centro lo ocupa el núcleo de población.
Pequeños altozanos lo circundan ofreciendo desde ellos una bella vista cambiante a lo largo de las estaciones climáticas. El variado cromatismo de sus cultivos tradicionales, sin obstáculos introducidos por el hombre, hacen del pueblo un punto clave para el descanso, el paseo, el ciclismo, las relaciones sociales y el disfrute de un medio ambiente limpio sin impactos visuales, sonoros u olfativos, que nos transporta a los años añorados.

Pertenece al ayuntamiento de Santa María la Real de Nieva, sin embargo son las distintas asociaciones las que participan en el embellecimiento y conservación del núcleo, en la medida que la Administración se lo permite y les aporta alguna ayuda. La predisposición personal está garantizada.

Los principales monumentos son:
La iglesia parroquial, tiene planta de cruz latina; la hechura primitiva se correspondía con el románico de ladrillo del s. XIII. En el siglo XIV sufre un gran deterioro por lo que hay que hacer una gran reconstrucción de mampostería y sillarejo, permaneciendo sillares en algunas esquinas. El ladrillo permanece en la portada principal y en la torre.
El primitivo retablo constaba de 14 óleos sobre tabla de finales del gótico y algunas de la escuela del Maestro de Duruelo.
En 1687 se encarga un retablo barroco a Ferreras, del taller de Churriguera, que lo realiza y ensambla junto con Mendizábal. En la calles laterales se colocan varios cuadros del retablo anterior, representando escenas de la vida de María y de Jesús. Las pinturas del sotabanco representan los principales apóstoles.
Según consta en archivos, la familia de Andrés de Ximena poseía casona y residía en Miguel Ibáñez. Como facilitó la fundación carmelitana en Segovia, Una de las damas de su servidumbre, María Turese, pasó al servicio de Santa Teresa. Posteriormente esta dama falleció en esta localidad y fue enterrada junto a la pila de cristianar.
Otro monumento es la antigua fuente de abastecimiento al pueblo, que se realizó en estilo románico con las piedras que se eliminaron de la primitiva iglesia. Esta ha sido restaurada últimamente.
En la plaza del pueblo se ha colocado sobre un pedestal de piedra autóctona, un trozo del canal que la Mesta construyó para que los rebaños abrevaran a lo largo de la trashumancia por los pueblos de Villa y Tierra de Segovia. Al ser deshecha la canalización, se repartió por los pueblos que conformaban los Sesmos junto con una placa conmemorativa.
En la entrada del pueblo se ubica la ermita del Humilladero, que da paso al cementerio municipal.
A un kilómetro del pueblo se encuentra la ermita de Santa María del Prado, en el mismo lugar donde se localizaba el poblado de Santa María del Campo. (Hoy paraje del Campillo)
Al sur del pueblo se localizó otro despoblado, el de Ama Cara, que ya consta en 1247, cuya iglesia permaneció, con la imagen de San Pedro de Verona, hasta el s. XIX que se destruye totalmente. Dicho santo hoy se venera en la iglesia de Miguel Ibáñez.
En los pequeños cerros que circundan el pueblo, se encuentra la ermita medieval de Tormejón (Armuña), con restos arqueológicos; la ermita del Castillo (Bernardos), sobre restos arqueológicos en estudio, ermita del Cerro de San Isidro Domingo García), en cuyo entorno se localizan los grabados paleolíticos (petroglifos) con 17.000 años de antigüedad, y de gran interés a nivel mundial. Todo ello a distancia media de 2 Km del núcleo de Miguel Ibáñez.
Los restos arqueológicos, así como enterramientos encontrados en el entorno pertenecientes a la edad del Bronce, hace pensar en los distintos pueblos que se asentaron a la vera del Arroyo de Tormejón, que en siglos anteriores tenía curso permanente.

Las fiestas patronales se celebran en torno a la Asunción de Nuestra Señora, el 15 de Agosto, pero la semana cultural y actividades se realizan a lo largo de diez días. Una fiesta desaparecida "quinchoneros" que se celebraba el 2 de Julio, se ha recuperado y se une a la patronal. En ella, un Capitán con banda y bastón, un alférez portador de la bandera, y cuatro "quinchoneros" o alabarderos, dan escolta a la Virgen durante la procesión. Por la tarde se hace el ritual de la cesión de mandato al grupo que portará los cargos al año siguiente. El capitán será la persona de más edad que le corresponda (actualmente tienen los mismos derechos hombres y mujeres), el alférez es el siguiente en edad, y los quinchoneros son los más jóvenes, siempre solteros o solteras. La bandera original, tenía dimensiones casi cuadradas, la cruzaban en horizontal franjas polícromas (aproximadamente ocho colores), formando olas sobre fondo blanco; quedaba cruzada por la cruz de Borgoña nudada, y adormada con distintas figuras, repartidas de forma simétrica, entre las que se recuerda la media luna. Esta bandera, en mal estado de conservación, desapareció en los años 60. Por acuerdo de las asociaciones se está tratando de hacer otra nueva basándose en investigación de archivos, de museos y de bibliotecas, rastreando fiestas por pueblos de España para la datación histórica, y acudiendo al recuerdo de los mayores, para reconstruir colores y formas.
La bandera se portaba sobre mástil de madera coronado por media luna en hierro forjado.
La fiesta de santa María del Prado (Virgen de Prados) se celebraba el lunes posterior a Pentecostés. Dado que el calendario laboral no lo contempla, actualmente se celebra el sábado y domingo de Pentecostés.
Otras fiestas menores muy locales son san Isidro, que celebran los agricultores, y Santa Agueda, que celebran todas las mujeres.

Las costumbres no son muy distintas de las que se encuentran en los diversos pueblos colindantes. Juego de bolos, que se jugaban en Cuaresma; de calva, de tango, etc. se celebraban los carnavales como acto de socialización de los jóvenes; se celebraban las despedidas de los quintos cuando iban a la mili, etc. Todo esto quedó en el recuerdo y la historia local.

Se está investigando sobre los orígenes de la repoblación del pueblo. Cuando Fernando III en el siglo XIII reclutó castellanos para la toma de Andalucía, un Miguel Ybáñez, procedente de tierras santanderinas, paticipó en la toma de Úbeda y Baeza. Tal vez en el repartimiento posterior como pago y agradecimiento a sus hazañas, entraran estas tierras, agrícolas y de pastos de llano, a formar parte del lote. Siglos después aparece un "señor de Miguel Ybáñez" en la familia de los Ybáñez de Segovia cuya casa solariega o palacio, ya casi destruido, se ubicaba en Vegas de Matute (Segovia), en la falda de la Cordillera Central, a escasos 20 kilómetros de M. Y.
Los archivos del pueblo parten de 1563 por lo que hechos anteriores han de rastrearse por otros archivos, en los que ya hay abiertas líneas de investigación.

El pueblo cuenta con una casa rural de 4 estrellas verdes "El Descanso de los Lares" de 12 plazas.
La Vía Verde del Eresma que transcurre sobre el antiguo ferrocarril Segovia-Medina, pasa por el núcleo de población y recorre 4 km por su término municipal. En Miguel Ibáñez hay un área de descanso arbolada con mesas y bancos y con fuente artesanal de agua potable. Este 'Camino natural' así como la amplia red de caminos rurales bien conservados, facilitan el cicloturismo, el senderismo, el desplazamiento de niños y mayores sin ningún riesgo, para hacer el recorrido cultural hasta lugares muy próximos, de alto valor paisajístico, arqueológico, histórico y etnológico. Todo ello es importante para activar un turismo de calidad y tranquilidad.
El pueblo posee tres lagunas naturales a escasa distancia, que no se secan porque tienen manantial que las alimenta.
La de mayor tamaño se localiza al sur del pueblo y sólo separada del núcleo por el arroyo Tormejón. En el siglo pasado esta laguna ofrecía tencas de gran calidad; en la actualidad nos ofrece un gran número de especies acuáticas como ranas, gallipatos y tritones. Junto a esta laguna permanece la antigua fuente de abastecimiento de agua potable al pueblo.
En la charca junto a la ermita, la población vegetal de juncos hace propicio la nidificación y nacimiento de patos y fochas que hacen las delicias de niños y grandes. De vez en cuando también se ven grullas de paso, cigüeñas negras, etc. Para mayor embellecimiento del paisaje se están tratando de eliminar especies vegetales introducidas y ya caducas, para sustituirlas por especies autóctonas de larga vida, que formen masas individualizadas y que mantengan los ecosistemas.
A parte de lo propio, Miguel Ibáñez ocupa una posición privilegiada para hacer todo tipo de turismo, a 2 km grabados rupestres, a 6 km bodegas (vino de Rueda en Nieva), a 6 km claustro de Sta María (monumento nacional, BIC), a 5 Km cajeros, comercios, farmacias, fábrica de embutidos, quesería artesanal ecológica... Está en la ruta de los claustros y cerca de castillos y monasterios. Cerca también del camino de Santiago que pasa por Segovia.
Dista 25 minutos de Segovia, 1h de Ávila y 1h: 30m de Madrid. a
El comercio en el pueblo es ambulante, durante la semana, en distintos días se pasa el carnicero, el pescadero, los congelados, el frutero... y a diario, incluido sábado y domingo se pasa el panadero que, además de pan, lleva dulces propios, huevos y otros no perecederos, además de que por encargo lleva asados a domicilio.