Sin embargo, el Dr. español Francisco Ansón ("Después del Carbono 14", 1989) dice: "para una gran mayoría de personas la demostración científica de la autenticidad de la Sábana y de que en ella estuvo envuelto el cuerpo de Jesús de Nazaret, les lleva a un planteamiento de tipo religioso radical, que si bien algunos aceptan con satisfacción e incluso gozo, otros en cambio lo rechazan con dureza porque les enfrenta a un problema racional que, de admitirlo, les generaría un acercamiento a temas religiosos que consideran superados, incómodos o que les podrían obligar a cambiar su conducta y forma de vida". El investigador español Manuel Solé dice: "La resurrección de Jesús es el punto clave de su mensaje. Se comprende el empeño de algunos por negarla. Si Jesús resucitó, como había predicho, su mensaje es verdadero, viene de Dios. Y en consecuencia nos obliga a todos. Como esto no interesa, lo mejor es negar la resurrección". Algunos afirman que lo importante es evaluar la bondad de su mensaje, independientemente de otros factores teológicos imposibles de demostrar, aunque parece cierto que el propio Jesús dijo ser el mismo Dios y lo mantuvo hasta el punto de ser condenado a muerte según la ley judía. No deja eso de ser un acto raro en una persona sana, aunque también puede resultar su divinidad difícil de creer (Salmos 14, 1). En cualquier caso, ahí queda su mensaje y su vida ejemplar dedicada a defender la Justicia, la Verdad y el Amor (Jn. 15, 12-13), ante cualquier otra cosa. Lo más importante de Jesús es que hizo el bien y ayudó al que se cruzó en su camino.
No pueden, por supuesto, creerse "a ciegas" los evangelios o los dogmas de ciertas versiones del cristianismo. En muchos libros, como el de Juan Arias ("Jesús, ese Gran Desconocido", 2002) puede encontrarse que ciertos elementos se han incorporado a la vida de Jesús procedentes de otros dioses o personajes religiosos mitológicos de siglos anteriores a él. Para estos autores existen unas coincidencias interesantes entre el Jesús presentado por los cristianos y los personajes y dioses anteriores. Estas son algunas, pero no todas, de las coincidencias:
No pueden, por supuesto, creerse "a ciegas" los evangelios o los dogmas de ciertas versiones del cristianismo. En muchos libros, como el de Juan Arias ("Jesús, ese Gran Desconocido", 2002) puede encontrarse que ciertos elementos se han incorporado a la vida de Jesús procedentes de otros dioses o personajes religiosos mitológicos de siglos anteriores a él. Para estos autores existen unas coincidencias interesantes entre el Jesús presentado por los cristianos y los personajes y dioses anteriores. Estas son algunas, pero no todas, de las coincidencias:
He leído atentamente tus mensajes y me quedo con esto:
"En cualquier caso, ahí queda su mensaje y su vida ejemplar dedicada a defender la Justicia, la Verdad y el Amor (Jn. 15, 12-13), ante cualquier otra cosa. Lo más importante de Jesús es que hizo el bien y ayudó al que se cruzó en su camino".
¡Ay, si se aplicara entre las personas!
"En cualquier caso, ahí queda su mensaje y su vida ejemplar dedicada a defender la Justicia, la Verdad y el Amor (Jn. 15, 12-13), ante cualquier otra cosa. Lo más importante de Jesús es que hizo el bien y ayudó al que se cruzó en su camino".
¡Ay, si se aplicara entre las personas!