Hola, foreros: Hoy voy a hablaros sobre las fábricas de harinas.
De finales del siglo XVIII, al amparo de una especial legislación y trato fiscal por la monarquía, datan las primeras experiencias fabriles en la producción de harinas. Entre 1778 y 1801 se abren 8 establecimientos en el llamado Camino Harinero de Santander a Reinosa, cuya producción se destina al mercado americano, especialmente La Habana, Buenos Aires o Veracruz, si bien la producción de estas 8 fábricas se revelará insuficiente para atender las necesidades de consumo de estos núcleos urbanos, además de esto, en el comercio de la harina intervienen una serie de casas comerciales de Santander que se muestran más interesadas en mantener su condición de abastecedoras casi exclusivas de cacao y azúcar en Castilla que en constituir un asentado núcleo fabril harinero. Por esta razón, andando el tiempo alcanzará mayor relieve en la industria harinera la molturación del interior. De esta manera, en los años centrales del siglo XIX se puede apreciar una importante construcción de fábricas de harinas a lo largo del Río Pisuerga y Canal de Castilla en las provincias de Palencia y Valladolid. La consiguiente producción de harinas generará un tráfico mercantil, desde la meseta hasta el puerto de Santander, que se verá favorecido por la construcción en los años iniciales del siglo XIX de la carretera harinera Santander-Palencia. Como se verá a continuación, Herrera de Pisuerga no será ajena al desarrollo y auge de la molturación cerealista.
Respecto a la construcción de las primeras fábricas en el Canal de Castilla se sabe que en 1831 hay dos en Grijota y una en Herrera de Pisuerga, ésta última situada en "El Batán" junto a una fábrica de curtidos, ya inactiva, de la que se aprovechó su edificio como almacén. La fábrica tendrá 3 piedras (una de cubo y dos de aceña) y será explotada en un primer momento por un comerciante santanderino, Balbino López.
Unos años más tarde, la ley desamortizadora de Madoz de mayo de 1855 traerá consigo la venta de los molinos de propios, y con ello, la desaparición de las formas de molienda concejiles, con la consiguiente edificación de harineras de nueva planta que aprovechan las presas y la infraestructura antigua. las consecuencias de esta ley desamortizadora se dejan sentir en Herrera dónde la familia Illera construirá dos fábricas sobre dos molinos concejiles: el de La Bastida, sobre el Pisuerga, y el de La Piedad, sobre el Río Burejo. Por otro lado, en estos años todo el tramo del Río Pisuerga comprendido entre Aguilar de Campoó y Herrera concentrará un buen número de harineras, debido a una estratégica situación que se ve favorecida por la cercanía al Canal de Castilla y a Santander. Así mismo, como consecuencia del auge harinero se establece en Herrera un buen número de almacenistas de granos. De manera que en el periodo 1850-1865 se puede apreciar un alto número de establecimientos harineros en el entorno de Herrera.
Este conjunto de fábricas se ve favorecido tanto por la existencia de cauces fluviales (ríos, Canal de Catilla) como por la de una adecuada red de comunicaciones y transportes (carretera Santander-Palencia; barcazas del Canal de Castilla). En los años finales del siglo cambiarán estos aspectos con la llegada, primero del ferrocarril, y un poco más tarde, de la luz eléctrica. Con la nueva situación surge en Herrera una nueva fábrica de harinas (Santa Ana, de la familia de Policarpo Zurita) que se edificará en las inmediaciones de la estación del ferrocarril y aprovechará la energía eléctrica de la cuarta esclusa del Canal de Castilla, manteniéndose así la industria harinera en la localidad y adecuándose a los nuevos tiempos.
Aunque han pasado muchos años desde la construcción de la fábrica de harinas de Herrera aún sigue allí. Suelo pasear mucho por esa zona, y cuando la veo pienso que se encuentra en un estado bueno de conservación, ojalá que siga así muchos años para recordar lo que fue.
Y con esto me despido de todos, hasta otra vez. Saludos.
De finales del siglo XVIII, al amparo de una especial legislación y trato fiscal por la monarquía, datan las primeras experiencias fabriles en la producción de harinas. Entre 1778 y 1801 se abren 8 establecimientos en el llamado Camino Harinero de Santander a Reinosa, cuya producción se destina al mercado americano, especialmente La Habana, Buenos Aires o Veracruz, si bien la producción de estas 8 fábricas se revelará insuficiente para atender las necesidades de consumo de estos núcleos urbanos, además de esto, en el comercio de la harina intervienen una serie de casas comerciales de Santander que se muestran más interesadas en mantener su condición de abastecedoras casi exclusivas de cacao y azúcar en Castilla que en constituir un asentado núcleo fabril harinero. Por esta razón, andando el tiempo alcanzará mayor relieve en la industria harinera la molturación del interior. De esta manera, en los años centrales del siglo XIX se puede apreciar una importante construcción de fábricas de harinas a lo largo del Río Pisuerga y Canal de Castilla en las provincias de Palencia y Valladolid. La consiguiente producción de harinas generará un tráfico mercantil, desde la meseta hasta el puerto de Santander, que se verá favorecido por la construcción en los años iniciales del siglo XIX de la carretera harinera Santander-Palencia. Como se verá a continuación, Herrera de Pisuerga no será ajena al desarrollo y auge de la molturación cerealista.
Respecto a la construcción de las primeras fábricas en el Canal de Castilla se sabe que en 1831 hay dos en Grijota y una en Herrera de Pisuerga, ésta última situada en "El Batán" junto a una fábrica de curtidos, ya inactiva, de la que se aprovechó su edificio como almacén. La fábrica tendrá 3 piedras (una de cubo y dos de aceña) y será explotada en un primer momento por un comerciante santanderino, Balbino López.
Unos años más tarde, la ley desamortizadora de Madoz de mayo de 1855 traerá consigo la venta de los molinos de propios, y con ello, la desaparición de las formas de molienda concejiles, con la consiguiente edificación de harineras de nueva planta que aprovechan las presas y la infraestructura antigua. las consecuencias de esta ley desamortizadora se dejan sentir en Herrera dónde la familia Illera construirá dos fábricas sobre dos molinos concejiles: el de La Bastida, sobre el Pisuerga, y el de La Piedad, sobre el Río Burejo. Por otro lado, en estos años todo el tramo del Río Pisuerga comprendido entre Aguilar de Campoó y Herrera concentrará un buen número de harineras, debido a una estratégica situación que se ve favorecida por la cercanía al Canal de Castilla y a Santander. Así mismo, como consecuencia del auge harinero se establece en Herrera un buen número de almacenistas de granos. De manera que en el periodo 1850-1865 se puede apreciar un alto número de establecimientos harineros en el entorno de Herrera.
Este conjunto de fábricas se ve favorecido tanto por la existencia de cauces fluviales (ríos, Canal de Catilla) como por la de una adecuada red de comunicaciones y transportes (carretera Santander-Palencia; barcazas del Canal de Castilla). En los años finales del siglo cambiarán estos aspectos con la llegada, primero del ferrocarril, y un poco más tarde, de la luz eléctrica. Con la nueva situación surge en Herrera una nueva fábrica de harinas (Santa Ana, de la familia de Policarpo Zurita) que se edificará en las inmediaciones de la estación del ferrocarril y aprovechará la energía eléctrica de la cuarta esclusa del Canal de Castilla, manteniéndose así la industria harinera en la localidad y adecuándose a los nuevos tiempos.
Aunque han pasado muchos años desde la construcción de la fábrica de harinas de Herrera aún sigue allí. Suelo pasear mucho por esa zona, y cuando la veo pienso que se encuentra en un estado bueno de conservación, ojalá que siga así muchos años para recordar lo que fue.
Y con esto me despido de todos, hasta otra vez. Saludos.
