Hola, foreros: He estado buscando algún tema interesante que contaros y he encontrado este sobre la enseñanza de las primeras letras en Herrera, que seguidamente paso a relataros.
En el Catastro del Marqués de la Ensenada, realizado a mediados del Siglo XVIII, concretamente en 1752, se hace constar que en Herrera de Pisuerga había un Maestro de Gramática y otro de Primeras Letras. El primero sería quien atendiera la Cátedra de Latinidad fundada en el año 1607 por Don Fabián de la Piña; el segundo, el Maestro contratado por el Ayuntamiento para impartir la enseñanza en la villa. Sin embargo, a finales del mismo siglo XVIII aumentará el número de docentes en Herrera con la incorporación de una Maestra de Primeras Letras para las niñas, tal vez la primera maestra que hubo en Herrera. Este acrecentamiento del profesorado acaso pueda deberse al hecho de que fue la educación uno de los puntos básicos del ideario de los ilustrados quienes insistirán no solo en la necesidad de efectuar reformas en los planes de estudios de las universidades, sino también en la importancia de la educación de la juventud y particularmente de la mujer; recordemos, en fin, que de ello trata una obra paradigmática de la Ilustración española como es "El sí de las niñas" de Leandro Fernández de Moratín. Ya en 1796, el 15 de mayo, el Ayuntamiento contratará por dos años para el cargo de maestros de la escuela de niños y niñas a Bonifacio Asenjo Haneros y a su mujer, Rita Fesnado De Ribas, vecinos de Saldaña, y tres años después, en el cuaderno de Actas Municipales del año 1799, con fecha de 29 de enero se recoge un acuerdo titulado "Nombramieto de Maestro y Maestra" por el cual los regidores herrerenses nombran maestro y maestra de Primeras Letras a Gaspar Quadrado y a su mujer. En el nombramiento, además, se especifican las condiciones de su salario, horario de trabajo y materias que deberían enseñar.
"Primera. Que dicho maestro ha de tener Escuela de los Niños tres horas por la mañana y otras tres por la tarde, y estas serán desde las ocho hasta las once y desde las dos a cinco, teniendo la precisión u obligación de enseñar a las niñas a leer y escribir desde las once hasta las doce y por la tarde desde las cinco a las seis. Y la maestra las ha de enseñar desde las nueve a las once y desde las tres a las cinco a coser y a hacer punto, hilar y otras cosas que sepa de mujer.
Segunda. Que no ha de llevar más de un real a los niños y niñas que no escriben, dos a los que escriben y dos y medio a los que cuentan, y que ha de enseñar de balde a seis pobres de esta villa, bien entendido que estos han de ser señalados por el Ayuntamiento.
Tercera. Que para hacerles la escritura según costumbre nombraron al señor Juan Hornillos y Santiago Salvador, a ambos juntos a quienes dan todo su poder cumplido en toda forma."
Unos años antes de la fecha de este nombramiento, los promotores de la Sociedad Económica de Amigos del País de Herrera de Pisuerga habían fundado una Escuela gratuita para que las niñas pobres aprendieran a hilar; en el momento del acuerdo municipal se da un paso más y se consigue que a las niñas se les enseñe no solo "cosas de mujer" sino también a leer y escribir.
Y aquí doy por terminado este tema. Como podéis comprobar, afortunadamente, ha cambiado mucho la educación desde entonces.
Saludos, foreros.
En el Catastro del Marqués de la Ensenada, realizado a mediados del Siglo XVIII, concretamente en 1752, se hace constar que en Herrera de Pisuerga había un Maestro de Gramática y otro de Primeras Letras. El primero sería quien atendiera la Cátedra de Latinidad fundada en el año 1607 por Don Fabián de la Piña; el segundo, el Maestro contratado por el Ayuntamiento para impartir la enseñanza en la villa. Sin embargo, a finales del mismo siglo XVIII aumentará el número de docentes en Herrera con la incorporación de una Maestra de Primeras Letras para las niñas, tal vez la primera maestra que hubo en Herrera. Este acrecentamiento del profesorado acaso pueda deberse al hecho de que fue la educación uno de los puntos básicos del ideario de los ilustrados quienes insistirán no solo en la necesidad de efectuar reformas en los planes de estudios de las universidades, sino también en la importancia de la educación de la juventud y particularmente de la mujer; recordemos, en fin, que de ello trata una obra paradigmática de la Ilustración española como es "El sí de las niñas" de Leandro Fernández de Moratín. Ya en 1796, el 15 de mayo, el Ayuntamiento contratará por dos años para el cargo de maestros de la escuela de niños y niñas a Bonifacio Asenjo Haneros y a su mujer, Rita Fesnado De Ribas, vecinos de Saldaña, y tres años después, en el cuaderno de Actas Municipales del año 1799, con fecha de 29 de enero se recoge un acuerdo titulado "Nombramieto de Maestro y Maestra" por el cual los regidores herrerenses nombran maestro y maestra de Primeras Letras a Gaspar Quadrado y a su mujer. En el nombramiento, además, se especifican las condiciones de su salario, horario de trabajo y materias que deberían enseñar.
"Primera. Que dicho maestro ha de tener Escuela de los Niños tres horas por la mañana y otras tres por la tarde, y estas serán desde las ocho hasta las once y desde las dos a cinco, teniendo la precisión u obligación de enseñar a las niñas a leer y escribir desde las once hasta las doce y por la tarde desde las cinco a las seis. Y la maestra las ha de enseñar desde las nueve a las once y desde las tres a las cinco a coser y a hacer punto, hilar y otras cosas que sepa de mujer.
Segunda. Que no ha de llevar más de un real a los niños y niñas que no escriben, dos a los que escriben y dos y medio a los que cuentan, y que ha de enseñar de balde a seis pobres de esta villa, bien entendido que estos han de ser señalados por el Ayuntamiento.
Tercera. Que para hacerles la escritura según costumbre nombraron al señor Juan Hornillos y Santiago Salvador, a ambos juntos a quienes dan todo su poder cumplido en toda forma."
Unos años antes de la fecha de este nombramiento, los promotores de la Sociedad Económica de Amigos del País de Herrera de Pisuerga habían fundado una Escuela gratuita para que las niñas pobres aprendieran a hilar; en el momento del acuerdo municipal se da un paso más y se consigue que a las niñas se les enseñe no solo "cosas de mujer" sino también a leer y escribir.
Y aquí doy por terminado este tema. Como podéis comprobar, afortunadamente, ha cambiado mucho la educación desde entonces.
Saludos, foreros.
