HERRERA DE PISUERGA: Otra tienda que me trae recuerdos, también por razones...

Está pegando fuerte cada uno nos defendemos como podemos. En casa con el aire acondicionado y las persianas bajas se aguanta. El problema viene cuando sales y el contraste es fuerte, la sensación es que hace más calor que el que marca el termómetro.

Esto me recuerda a que antes no había aire acondicionado en casi ningún sitio. En Herrera se decía que había dos estaciones: invierno y la Renfe, pero cuando pegaba, pegaba de verdad y aguantábamos, que remedio. Me viene a la memoria cuando íbamos a la discoteca. La montonera que se formaba en la minitaquilla para sacar la entrada, entrábamos (el control de aforo era "los que quepan"). Allí pasábamos 3 o 4 horas entre la pista, la barra y el reservado del fondo o arriba. Entonces no lo pensábamos pero recuerdo que todo el mundo estaba sudando y divirtiéndose. Nadie se quejaba, todos aguantábamos la fiesta. Supongo que una vez terminado el aroma no sería muy distinto al de un vestuario después de un partido.

De todas formas aquellos veranos nos gustaría volver a vivirlos, eran cortos pero intensos y muchas noches terminábamos con un jersey. Luego llegaban los largos y duros días de frío y también seguíamos buscando la diversión, incluso volvíamos a ser la "calefacción natural" de la discoteca haciendo 3 colas: taquilla, guardarropía al entrar y guardarropía al salir.

¿Diferencia entre verano e invierno?. Dos colas.

Buen verano.

Has plasmado muy bien los sudores que había que padecer en Brasil Río -porque supongo que te refieres a
"nuestra" Discoteca- durante el verano, pero cuando se tienen pocos años, se aguanta todo. Si encontrabas
una chavala cariñosa que, en vez de aliviarte la temperatura, te daba más "calor", te olvidabas de todo lo
demás. ¡Y no me digais que no! Si me he subido de tono, lo siento.
Además, en verano tiene que hacer calor, es lo suyo. Los antíguos taurinos decían que, en los toros, Sol y
moscas. Yo prefiero el Sol, que para moscas, ya aguantamos bastantes cuando eramos chiguitos. Todavía me
acuerdo de aquellas cintas impregnadas de pegamento que, se colgaban del techo de las cocinas. Cuando en la cinta no cabían más moscas, se ponía una nueva. Daba un poco de asco, pero es lo que había.
Y hablando de calores. Mucho antes de que hicieran su aparición las primeras Segadoras, los labradores
segaban con la Hoz y eso sí que tenía que ser penoso de vardad. Agachados sobre las mieses, postura incó
-moda, con un calor insoportable; pobre gente. Con el sudor y el polvo, después las camisas quedaban como
"acartonadas". Esto me lo contó un compañero de MILI que, le tocó segar a Hoz a destajo, junto a su padre.
Buen verano a todo el foro.

Con las cintas de las moscas en casa, cada uno hacía su cosecha, pero cuando las veías en alguna tienda encima del mostrador si que daba un efecto, llamémosle, curioso. Al lado podían estar colgados los chorizos y daba la sensación que estaban a la venta porque todo se vendía a granel.
Otra cosa curiosa eran los cables de la corriente eléctrica, éstos eran los favoritos de las moscas para posarse y hacer sus necesidades. Esto debía ser por el calor y se llenaban de puntitos negros, sobre todo los que colgaban del techo al portalámparas que terminaban totalmente negros.

Hablando de la venta a granel, recuerdo en la tienda de mi abuelo (Casa Manuel) que, salvo las patillas de conserva, todo se vendía a granel, llegaba en cajas o en sacos y se empaquetaba en bolsas de papel y en aquellos paquetes que se hacían con papel (normalmente de estraza) ye se precintaban haciendo unos pliegues hasta que parecía una empanadilla, Quedaban perfectamente cerrados, no había ni cello, ni grapas. A mi me toco alguna vez hacerlos cuando preveían que al día siguiente habría buena venta por ser mercado o víspera de alguna festividad.
Lo de la venta a granel llegaba a productos como el atún en escabeche en tacos que sacaban de aquellas latas en forma de pandereta y tamaño grande.
Yo he llegado a ver vender mayonesa a granel, hoy sería impensable pero antes se compraba la comida para el día a día y lo justo o un poco menos sobre todo en los productos perecederos.

Se me ocurren mil cosa sobre este tema, así que os animo a rebuscar en vuestras memorias.

Félix, en tu mensaje nos has traído a la memoria los productos que se vendían en la tienda de tu abuelo Casa Manuel. Yo recuerdo de niña de ver en la tienda esas cajas de madera redondas que contenían las sardinas y arenques secos que la gente compraba.
Gracias por evocar esos recuerdos de la niñez; con las cintas de las moscas que se ponían en verano, y los productos que se vendían en aquella época.

Es cierto, entrabas en la tienda y en frente te encontrabas con la caja redonda de las arenques apoyada en una columna, al lado el barril de los chicharros en escabeche y los sacos de legumbre. Un poco más a la izquierda estaban la dispensadora de aceite a granel que tenía una especie de émbolo y un depósito de cristal donde veías subir el aceite y pasarlo a la botella que traía el cliente (casi mejor clienta porque en las tiendas compraban las mujeres y los niños que íbamos con el encargo y decíamos aquello de "me ha dicho mi madre que me dé 50 gramos de mortadela en lonchas muy finas".
Al lado de la dispensadora de aceite había un molinillo de café con su embudo arriba donde se ponía el grano, se giraban dos grandes ruedas y se sacaba un calorcito con el café molido que se empaquetaba tipo empanadilla.
Todo era manual, no habían aparatos eléctricos o a motor. Recuerdo la máquina de cortar fiambres que tenía una gran palanca que con un sistema de engranajes hacía que la cuchilla cogiera gran velocidad y cortara el embutido. A esa máquina a los niños no nos dejaban ni acercarnos.
Al fondo, a la derecha estaba la zona de los vinos y licores y a la izquierda tenían una frigorífico grande para los productos frescos. Recuerdo que alguna vez nos daban un helado de los que hacía mi abuela Marciana en flaneras como si fuera una tarrina.
A la entrada estaba las cajas de fruta y las verduras.

Me vienen muchos recuerdos de aquella tienda con las estanterías llenas de productos, bien colocados, que hacían el efecto de una pared multicolor. También recuerdo las columnas de barras de turrón que hacían para las Navidades.
Aunque no era grande tenía definidas las zonas por olores a café, aceite, vino, fruta, embutido... (supongo que a alguien se le está haciendo la boca agua, como a mi)

Otra imagen, esta más emotiva, es la de mi abuelo Manuel que solía sentarse a la puerta y charlaba con los clientes.

Otra tienda que me trae recuerdos, también por razones familiares, era la pequeña droguería que tenía mi tío Rofer en la calle Real esquina con la planilla de la iglesia.
Era muy pequeñita pero tenía una gran cantidad de cosas. La entrada por la calle Real estaba flanqueada por dos carteles: uno de "Norit el borreguito" y el otro, si no recuerdo mal, de "Tintes Iberia". Por la parte de la planilla tenía un pequeño escaparate repleto de productos que apenas dejaba pasar la luz.
Al entrar, a la izquierda tenía una pequeña mesa a modo de escritorio seguido de un mostrador en forma de "L"; la parte izquierda también estaba llena de productos y la pared con estantes llenos de productos de pintura y la parte frontal era donde se despachaba a los clientes también con la pared repleta de productos de perfumería y limpieza. Las colonias se vendían a granel, la gente traía su típico "frus-fris" y le hacían una mezcal de perfume con agua de colonia según la marca que elegía.
La pared que quedaba frente al despacho de productos tenía semillas y, en el suelo habían productos para la huerta (sulfatos y pesticidas).
La verdad es que era una tienda muy aprovechada. También había una mezcla de olores muy contrastados.
En mis primeros recuerdos la regentaba mi tía Visi y tenían de dependienta a Mercedes (hila de Tasio el electricista).

Pasé muchas horas allí cundo la llevaba mi primo Fito y allí escuchábamos mucha música con un pequeño tocadiscos que tenía. Una anécdota fue que, cuando murió Franco, hicieron una misa por la tarde y casi era obligatorio asistir a ella. Estábamos mi primo y yo escuchado música con la tienda cerrada y los tableros echados. Oímos unos golpes fuertes en la puerta y ¡era la Guardia Civil!, nos dijeron que apagáramos la música y que deberíamos ir a misa...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Has contado tantas cosas y tan bien detallado todo, sobre la Droguería ROFER, que demuestras dos cosas: la
primera, que no escribes nada mal y en segundo lugar, te conocias la tienda "al dedillo". Tu tío también
pintaba cuadros al óleo. En una ocasión, lo recuerdo perféctamente, expuso un cuadro en el escaparate, en
el que pintó varias verduras. Era una pintura muy realista; parece que estoy viendo una coliflor que le
quedó bordada, parecía una foto. Yo me acuerdo mucho de Rofer. Amante del teatro, ... (ver texto completo)
Félix: Me ha gustado mucho como has descrito la droguería de tu tío Rofer. Yo también la recuerdo perfectamente; me gustaba mucho ir por allí a comprar cuando era niña, ya que siempre me han gustado mucho los perfumes y colonias. Has mencionado los perfumadores que llevaba la gente para que se los rellenaran con la colonia que se vendía a granel. Hay una peculiaridad que tu tía Visi solía tener con las clientas, y que yo recuerde, siempre que estuvo ella en la tienda solía hacer; y era perfumar a ... (ver texto completo)