La misión de lo políticos no es la de gustar a todo el mundo. El político debe hablar y obrar muchas veces sin haber pensado ni leído.
Cuanto menos aporta un político, más ama a la bandera. Los militares cuentan demasiado con la fuerza, y los políticos cuentan demasiado con la habilidad.
Los grandes políticos deben su reputación, cuando no a la pura casualidad, a circunstancias que ellos mismos no podían prever.
El que no se atreve a ser inteligente, se hace político. Los políticos honrados se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la sospecha.