Desde Asturias, pasando por Lillo se accede al embalse del Porma, rodeado de mones, prados y arbolado que forman un entorno de enorme belleza. La carretera que lo bordea pasa por un túnel y, a la salida, está el grandioso mirador de Vegamián, en forma de balcón sobre las aguas. El impresionante panorama es especialmente llamativo a la caída de la tarde, cuando el sol se oculta tras las montañas. Cada estación es bien distinta.
