En la
portada de acceso al
Claustro Alto de la
Catedral. Las
puertas de madera, de roble oscuro, fueron encargadas por el obispo Luis Acuña entre 1492-1495, cuyo
escudo figura en ellas, al
escultor Gil de Siloé, que trabajó en otras obras para dicho prelado
Detalle del descenso de Jesús a los infiernos para liberar a los justos, en donde se contempla a
Cristo resucitado que tiende la mano a Adán y a Eva que están en el averno, representado éste como un
dragón de grandes fauces (la cabeza del Leviatán bíblico), en donde permanecían las almas de los difuntos que esperaban la llegada del Salvador.
En la parte inferior de la hoja de la
puerta se abre una tabla en la que se representa, en altorrelieve, a
San Pablo.