El
convento de
San Francisco se construye en estilo
gótico del S. XIII. En el S. XV la
familia de los Dávila levantaron una nueva
capilla mayor, y a finales de esa misma centuria, el obispo de Plasencia, Rodrigo Dávila Valderrábano, edificó una capilla octogonal adosada a la cabecera. El interior destaca por su
bóveda estrellada, una de las más ricas de la ciudad, posiblemente obra de Juan Guas.
Las obras en el
monasterio se prolongan durante todo el S. XVI. La
ruina del monasterio sobrevino con la invasión francesa, momento en que se utiliza como acuartelamiento. A partir de la desamortización de Mendizábal, sus piezas más valiosas irán siendo desmontadas para ser vendidas.
El monasterio ha sido restaurado y transformado en auditorio municipal.