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Los chopos del río, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(11 de Enero de 2014)
Pues anda que, si jugabas al Parchís, te comían, y te mandaban para casa... ¡Bueno, esa forma de comerte siempre molestaba! Había otras que no, eh... ¡todo hay qué decirlo! Jajajjajjajajjajaaaaaaaaaaaaa
Cuando jugaba y caias varias veces en el pozo y las otras casillas de penalización, la verdad daba una rábiaaaaaaaaaaaaa que ni te cuento, jejje. saludos Milagros.
¡Vaya! Seguro que Rosa se puso a jugar a la Oca, cayó en el pozo, y no ha ido ha sacarla ningún mozo del pueblo, así que tendremos que ir las mozas a sacarla si no queremos que se nos ahogue. Jejejejejejee
El tablero de la oca está grabado en nuestro inconsciente colectivo (sobre todo si lo conocimos cuando apenas despertaba nuestra conciencia): el puente que salva obstáculos: la posada donde se cae en el ocio y casi se olvida el viaje; los dados que mágicamente deciden el destino, bueno o malo; el terrible pozo o agujero oscuro del que quizá no se puede volver a salir; el laberinto, pero qué poético que el tablero de la oca incluya un laberinto, que no es más que el propio juego dentro del juego,...
"No entra quien quiere en el Jardín de la Oca, muchos impedimentos le molestan fuertemente. Quien queda en la cárcel, quien se ahoga en el pozo. Feliz el que a punto de entrar, no encuentra la muerte". (Cuarteto de oca de cerámica estilo pompeyano, citado por Henri René d’Allemagne)