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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

La primavera
Foto enviada por CASTILLEJA

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A pesar de todo las ojeras persistieron, la tristeza continuó, y Berta, pálida como un precioso marfil, llegó un día a las puertas de la muerte. Todos lloraban por ella en el palacio, y la sana y sentimental mamá hubo de pensar en las palmas blancas del ataud de las doncellas. Hasta que una mañana la lánguida anémica, bajó al jardín, sola, y siempre con su vaga atonía melancólica, a la hora en que el alba ríe. Suspirando erraba sin rumbo, aquí, allá; y las flores estaban tristes de verla. Se ... (ver texto completo)
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¿Creis que Berta se amedró? Nada de eso. Batió palmas alegre, se reanimó como por encanto, y dijo al hada: - ¿Tú eres la que me quiere tanto en sueños? -Sube -respondió el hada. Y como si Berta se hubiese empequeñecido, de tal modo cupo en la concha del carro de oro, que hubiera estado holgada sobre el ala corva de un cisne a flor de agua. Y las flores, el fauno orgulloso, la luz del día, vieron cómo en el carro del hada iba por el viento, plácida y sonriendo al sol, Berta, la niña de los ojos ... (ver texto completo)
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Y empezó a curar su melancolía, con glóbulos y duchas, al comenzar la primavera, Berta, la niña de los ojos color de aceituna, que llegó a estar fresca como una rama de durazno en flor, luminosa como un alba, gentil como la princesa de un cuento azul...
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A pesar de todo las ojeras persistieron, la tristeza continuó, y Berta, pálida como un precioso marfil, llegó un día a las puertas de la muerte. Todos lloraban por ella en el palacio, y la sana y sentimental mamá hubo de pensar en las palmas blancas del ataud de las doncellas. Hasta que una mañana la lánguida anémica, bajó al jardín, sola, y siempre con su vaga atonía melancólica, a la hora en que el alba ríe. Suspirando erraba sin rumbo, aquí, allá; y las flores estaban tristes de verla. Se ... (ver texto completo)
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Y llegaron las antiparras de aros de carey, los guantes negros, la calva ilustre y el cruzado levitón.

Ello era natural. El desarrollo, la edad... síntomas claros, falta de apetito, algo como una opresión en el pecho, tristeza, punzadas a veces en las sienes, palpitación... Ya sabéis; dad a vuestra niña glóbulos de arseniato de hierro, luego, duchas. ¡El tratamiento!...
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Y empezó a curar su melancolía, con glóbulos y duchas, al comenzar la primavera, Berta, la niña de los ojos color de aceituna, que llegó a estar fresca como una rama de durazno en flor, luminosa como un alba, gentil como la princesa de un cuento azul...
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Cumplidos sus quince años, Berta empezó a entristecer, en tanto que sus ojos llameantes se rodeaban de ojeras melancólicas. -Berta, te he comprado dos muñecas... -No las quiero mamá... -He hecho traer los Nocturnos... -Me duelen los dedos mamá... -Entonces... -Estoy triste mamá... -Pues que se llame al doctor...
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Y llegaron las antiparras de aros de carey, los guantes negros, la calva ilustre y el cruzado levitón.

Ello era natural. El desarrollo, la edad... síntomas claros, falta de apetito, algo como una opresión en el pecho, tristeza, punzadas a veces en las sienes, palpitación... Ya sabéis; dad a vuestra niña glóbulos de arseniato de hierro, luego, duchas. ¡El tratamiento!...
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Ya veréis, sanas y respetables señoras, que hay algo mejor que el arsénico y el hierro, para encender la púrpura de las lindas mejillas virginales; y, que es preciso abrir la puerta de su jaula a vuestras avecitas encantadoras, sobre todo, cuando llega el tiempo de la primavera y hay ardor en las venas y en las savias, y mil átomos de sol abejean en los jardines, como un enjambre de oro sobre las rosas entreabiertas...
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Cumplidos sus quince años, Berta empezó a entristecer, en tanto que sus ojos llameantes se rodeaban de ojeras melancólicas. -Berta, te he comprado dos muñecas... -No las quiero mamá... -He hecho traer los Nocturnos... -Me duelen los dedos mamá... -Entonces... -Estoy triste mamá... -Pues que se llame al doctor...
CUENTO. El Palacio del Sol.

A vosotras, madres de las muchachas anémicas, va dedicada esta historia, la historia de Berta, la niña de los ojos color de aceituna, fresca como una rama de durazno en flor, luminosa como un alba, gentil como la princesa de un cuento azul...
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Ya veréis, sanas y respetables señoras, que hay algo mejor que el arsénico y el hierro, para encender la púrpura de las lindas mejillas virginales; y, que es preciso abrir la puerta de su jaula a vuestras avecitas encantadoras, sobre todo, cuando llega el tiempo de la primavera y hay ardor en las venas y en las savias, y mil átomos de sol abejean en los jardines, como un enjambre de oro sobre las rosas entreabiertas...
CUENTO. El Palacio del Sol.

A vosotras, madres de las muchachas anémicas, va dedicada esta historia, la historia de Berta, la niña de los ojos color de aceituna, fresca como una rama de durazno en flor, luminosa como un alba, gentil como la princesa de un cuento azul...
Con este chistecillo os digo hasta mañana, así que aquí os dejo unos cuantos besos y un buenas noches para todos.

EL GENIO

Esto era una pareja que estaba jugando a golf. De repente ella tira la bola.... Y va para a una mansión que hay justo enfrente... Rompiendo los cristales de una de las habitaciones...

El marido echo una furia....

* ¿Y ahora que hacemos?..... Ahora tenemos que ir a disculparnos y pagar el destrozo, que seguro es carísimo!
... (ver texto completo)
Audición recomendada: tercer movimiento de El verano

La era

La era, cuadro de Francisco de Goya, siglo XVIII. Museo del Prado, Madrid.

El tercer movimiento de El verano describe musicalmente el tiempo de tormenta. Como en cada movimiento, se alternan los pasajes entre la orquesta y el solista, estableciéndose un diálogo entre ellos. Podemos observar esa alternancia en este fragmento, donde el violín solista destaca por su virtuosismo frente al ripieno o conjunto orquestal. Los pasajes y ... (ver texto completo)
Comentario
Las cuatro estaciones son cuatro conciertos programáticos -es decir, que narran algo- para violín, de Antonio Vivaldi, publicados en Amsterdam hacia 1725. Son los primeros cuatro conciertos de un ciclo de doce para violín denominado La competición entre la armonía y la invención. Cada uno simboliza una estación del año: La primavera, en la tonalidad de Mi mayor; El verano, en Sol menor; El otoño, en Fa mayor, y El invierno, en Fa menor.

Son los conciertos más conocidos de este compositor ... (ver texto completo)
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Antonio Vivaldi, Las cuatro estaciones
-Estos famosos conciertos fueron compuestos en el primer tercio del siglo XVIII y son una de las obras más representativas del Barroco italiano.
Hola Victoria.
Como habrá podido ver, te he dejado unas flores en tu pueblo. Ahora como ya sé cuál es, un día pasaré para ver las fotos tranquilamente. Un beso
CANCION DESNUDA

Despierta de caricias,
aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo.
Estremecida y tenue sigo andando en tu imagen.
¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo!

De mi se huyeron horas de voluntad robusta,
y humilde de razones, mi sensación dejaron.
Yo no supe de edades ni reflexiones yertas. ... (ver texto completo)
Casti, así como tú buscas poesías románticas, yo busco estas que me hacen sonreír ¡Mira sinó! Jejejeje

La sonrisa. Fray Josepho

“A mí me gusta la gente optimista, y el Partido Popular, el partido que preside Rajoy, nunca da una buena noticia, nunca sonríe ante un ciudadano español”. Estas palabras de José Luis Rodríguez Zapatero me han inspirado las siguientes octavas:

España se postra, se humilla, naufraga,
se rinde a la ETA, se abate, se entrega,
se da, se acobarda, se encoge, se apaga,
se ... (ver texto completo)
Buenas tardes Victoria.
Muy bonito también lo que has dejado escrito. Veo que también tú eres madrugadora para escribir, como Begoña y Castilleja, aunque Begoña, como habrás visto, es porque ahora le toca trabajar de noche.
Yo suelo escribir ahora por la tarde, a veces aprovechando mientras se va preparando la cena.
Saludos desde aquí mismo, Barcelona, pasando por Alcocnhel.
Buenas tardes Milagros,
Gracias, y asi es yo suelo madrugar mucho, siempre madruque, ya que trabajabe en un hotel montando el bufet, de desayunos, ahora no trabajo, y el madrugar quedo como una rutina,
Si ya lei a Begoña, esta mañana,
Feliz tarde un abrazoooooooooooooooooooo
Buenas tardes Victoria.
Muy bonito también lo que has dejado escrito. Veo que también tú eres madrugadora para escribir, como Begoña y Castilleja, aunque Begoña, como habrás visto, es porque ahora le toca trabajar de noche.
Yo suelo escribir ahora por la tarde, a veces aprovechando mientras se va preparando la cena.
Saludos desde aquí mismo, Barcelona, pasando por Alcocnhel.