OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

SOLANILLA DEL TAMARAL: Efectivamente Juan, así es cuanto narras. Así lo vieron...

Quiero hacer referencia auna leyenda urbana, que me han relatado, en este caso Dolores la mujer de Cristobal. Hace referencia a una persona del Tamaral, que en este momento no recordaba su nombre. Por lo visto, al morir lo llevaron a enterrar al cementerio viejo, en una mula dentro de un fardo, se les callo por el camino y comenzó a sangrar de manera continuada, luego posteriormente lo enterraron, pero quedaron extrañados por esa abundancia de sangre. Pasados unos años, en el mismo lugar se enterró a otra persona, cual sería la sorpresa de todos, al ver que el cuerpo del anterios al abrir la tumba en el suelo y en ese lugar, estaba totalmente incorrupto, se alarmaron y lo achacaron a que esa persona sería santa, pero posteriormente, enterraron a ambos juntos, en ese mismo lugar. La noticia se cundió, como si de un milagro se tratara y las gentes del lugar hacian referencia, no sin cierta supertición de esta anécdota. Es difícil saber que hay de cierto en estas historias urbanas, muy caracteristicas del momento coyuntural, social y religioso, pero lo cierto que levantaban la curiosidad de todos. Yo que soy curioso y me gusta conocer este tipo de entornos, trataré de buscar mas indicios, que me digan que hubo de verdad en esta historia. La tierra se lo come todo, el tiempo de los milagros ya está pasado, pero la curiosidad es innata en nosotros y eso nos lleva a querer saber más de todas estas situaciones.

Efectivamente Juan, así es cuanto narras. Así lo vieron los que fueron contemporáneos de aquel extraño suceso, y así nos lo han contado desde entonces, hasta que poco a poco han ido desapareciendo los mismos, aunque aún quedan algunos. El señor en cuestión se llamaba Clemente Duque, bisabuelo, creo, de Pepe, el guarda de la finca "El CHorrillo", aunque creo que ya está jubilado, pero, en cualquier caso, bisabuelo de PEPE. Sigue enterrado en el cementerio viejo, y, efectivamente, quien hacía las veces de enterrador al abrir una nueva fosa dio con él, y lo reconoció al instante, puesto que había sido contemporáneo suyo en vida. Tengo que preguntarle a mis familiares, y ya te diré quien hizo las veces de enterrador. Imagino que ya no vivirá, sea quien fuere, pero seguro que algún pariente suyo o descendiente si. Además de lo anterior siempre se ha contado que el día de su fallecimiento, que ocurrió en el siempre llamado "callejón" y que hoy es C/ La Fragua, creo, toda la calle olía a flores, e incluso la estancia donde se encontraba el cadáver, aún cuando no habían llegado flores de ninguna clase. Creer o no, es libre y voluntario. Si lo cuentan los que lo vivieron, algo de verdad habrá en ello, aunque, por supuesto, tenga algún tipo de explicación científica, espero. UN saludo.