Pero dejemos tramquilos a los amantes para que disfruten de su recien estrenado amor y volvamos con Marisol y Marcel.
El pasaba las horas más felices en el bolsillo de la chaqueta de su hermana, sintiendo los latidos de su corazón como si fuesen campanadas en el reloj de la iglesia del pueblo.
A medida que el iba creciendo también lo hacia ella, por lo que aquel bolsillo siempre se adaptaba a su altura.
Le gustaba que Marisol corriera por los campos, entonces se agarraba a los pliegues de la tela y reia como un niño en un parque de atracciones hasta que cesaba el galope.
También le gustaba ponerse justo debajo de su hermana y mirar hacia el cielo y verla a ella desde alli abajo, la visión le reconfortaba y se sentia seguro.
Iban a nadar al rio. Ella hacia un pequeño embalse con piedras donde Marcel podia nadar tranquilo sin peligro de que se lo llevara la corriente rio abajo...
El pasaba las horas más felices en el bolsillo de la chaqueta de su hermana, sintiendo los latidos de su corazón como si fuesen campanadas en el reloj de la iglesia del pueblo.
A medida que el iba creciendo también lo hacia ella, por lo que aquel bolsillo siempre se adaptaba a su altura.
Le gustaba que Marisol corriera por los campos, entonces se agarraba a los pliegues de la tela y reia como un niño en un parque de atracciones hasta que cesaba el galope.
También le gustaba ponerse justo debajo de su hermana y mirar hacia el cielo y verla a ella desde alli abajo, la visión le reconfortaba y se sentia seguro.
Iban a nadar al rio. Ella hacia un pequeño embalse con piedras donde Marcel podia nadar tranquilo sin peligro de que se lo llevara la corriente rio abajo...
