CULTIVO DE LA AJEDREA
- Suele encontrarse cultivada en huertos y subespontánea, generalmente en solanas.
- El cultivo es fácil si disponemos de terrenos sueltos, aireados y soleados.
- Crece en zonas secas, rocosas y arenosas.
- Luz: pleno sol.
- Prefiere los suelos calizos.
- El terreno no se debe abonar con estiércol cogido directamente del establo, sino bien fermentado.
- Se siembra en primavera (abril en el Hemisferio Norte) en hileras, dejando 30 cm entre ellas.
- Las semillas necesitan para germinar la acción de la luz solar, por lo que no se cubren con tierra, más bien se prensan con una tablita. La germinación tiene lugar a las 2 ó 3 semanas.
- Después de brotar, se escarda y se dejan únicamente las plantas más robustas, que son las que tienen hojas en abundancia.
- Necesita poca agua, regando sólo cuando el terreno esté muy seco.
- La ajedrea se recoge durante el período de floración. Se cortan los tallos, aún no leñosos, y se secan extendidos sobre un papel blanco, en un lugar sombrío y bien ventilado.
- Después de secados, se guardan en recipientes cerrados, Se utilizan las partes tiernas, no leñosas, desmenuzándolas con los dedos.
- Suele encontrarse cultivada en huertos y subespontánea, generalmente en solanas.
- El cultivo es fácil si disponemos de terrenos sueltos, aireados y soleados.
- Crece en zonas secas, rocosas y arenosas.
- Luz: pleno sol.
- Prefiere los suelos calizos.
- El terreno no se debe abonar con estiércol cogido directamente del establo, sino bien fermentado.
- Se siembra en primavera (abril en el Hemisferio Norte) en hileras, dejando 30 cm entre ellas.
- Las semillas necesitan para germinar la acción de la luz solar, por lo que no se cubren con tierra, más bien se prensan con una tablita. La germinación tiene lugar a las 2 ó 3 semanas.
- Después de brotar, se escarda y se dejan únicamente las plantas más robustas, que son las que tienen hojas en abundancia.
- Necesita poca agua, regando sólo cuando el terreno esté muy seco.
- La ajedrea se recoge durante el período de floración. Se cortan los tallos, aún no leñosos, y se secan extendidos sobre un papel blanco, en un lugar sombrío y bien ventilado.
- Después de secados, se guardan en recipientes cerrados, Se utilizan las partes tiernas, no leñosas, desmenuzándolas con los dedos.