FREILA

Habitantes: 1.000  Altitud: 804 m.  Gentilicio: Freilicas/os 
Hoy amanece en FREILA a las 08:00 y anochece a las 20:31
Nº fotos: 676  Nº mensajes: 190.043 
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Situación:

Nuestra pequeña localidad ocupa una extensión de 74, 5 Km2 y se sitúa a una altura media de 804 m por encima del nivel del mar.
Los habitantes de FREILA nos llamamos "Freilicas", y en el último censo, éramos 1.133.
El código postal del pueblo es el 18 812 y territorialmente hablando, pertenecemos a la comarca de Baza, ubicada en una zona del norte de la provincia de Granada llamada "ALTIPLANO DE GRANADA", en Andalucía oriental (ESPAÑA).
Si quiere visitarnos, desde Granada, coja la autovía A92 en dirección Murcia, y a unos 80 Km. (pasado Guadix y antes de llegar a Baza) un desvío le indicará la salida para llegar al pueblo.
Resaltar por último nuestra privilegiada situación por la cercanía del Pantano del Negratin, el Parque Natural de la Sierra de Baza, el Cerro Jabalcón y el cruce hacia el Parque Natural de Cazorla.

Ayuntamiento:

Alcalde:
D. Abelardo Vico Ruiz.

Ayuntamiento de Freila
Plaza de San Marcos, s/n
18812 FREILA (GRANADA).

Monumentos:

CASTILLO (Ruinas)
Datado en torno a los siglos XII-XIII, consta de una impresionante torre de mampostería ripiada, aljibe con restos de almagra, barbacana, y perímetro murado apreciables en la actualidad, y se han convertido en la imagen más representativa nuestro pueblo. Sin embargo este tipo de construcción no se puede entender como algo aislado sino que formaba parte de un complejo defensivo en el que intervenían los castillos vecinos de Zújar y de Bacor y las dos torres almenaras con las que contaba el municipio.
TORRE DEL AL-MARUQ
La Torre del Maruq consta de una indudable belleza constructiva, y se asiente sobre un incomparable paisaje de forma que el visitante se siente transportado a un mundo irreal en el que el silencio, el agua y el pino con su inconfundible olor son los protagonistas incuestionables.
La historia de este pueblo junto con sus pobladores ha marcado y condicionado la fisonomía del lugar y el resultado de ello son las numerosas cuevas que lo conforman y que se distribuyen en barrios como el pozo, paraíso, el castillo... Cuevas de una planta, orientadas hacia el interior, propias de la época musulmana, o de varios pisos y orientadas hacia el exterior, propias de la época cristiana que se pueden ver, visitar y alquilar en la actualidad y que ofrecen al visitante la posibilidad de gozar de una temperatura constante a lo largo de todo el año junto con el disfrute de sus chimeneas excavadas en la rocas y el protagonismo de su placeta.

Fiestas:

·Fiestas del Patrón, San Marcos, el 24/25 de abril.
·Fiestas de la Patrona, La Virgen de los Dolores, el primer fin de semana de agosto.
·Fiestecillas, el día 15 de Septiembre.

Costumbres:

Tiene un amplio recetario de guisos caseros: gurullos con perdiz, gachas tortas con liebre, gachas colorás, gurupina, y no nos olvidemos del “atascaburras”, un estupendo puré de patatas con variados ingredientes y condimentos. Se elaboran ricos dulces como las tortas de aceite, de manteca, las baboyas, o las tortas de chicharrones. Sin olvidar los papajotes y roscos fritos, que se elaboran por Semana Santa, y una variada gama de dulces navideños.
Además, es un gran productor de aceite de oliva virgen extra, y de almendras. Hace años, lo fué de esparto y alcaparras, labores éstas que se han ido perdiendo con el paso de los años.

Historia:

La existencia de numerosas viviendas-cueva en este municipio y su histórica vinculación a toda la comarca de Baza, permiten pensar que Freila ha tenido asentamientos humanos desde la Prehistoria, aunque no se conocen yacimientos arqueológicos concretos. Sufrió las consecuencias de la guerra de la Reconquista, primero, de la rebelión de los moriscos, después, y por último de la expulsión de éstos tras la victoria de don Juan de Austria en tierras alpujarreñas. Nunca ha tenido gran número de habitantes, aunque se supone que durante el periodo islámico fue más amplia su población que en la actualidad.

Turismo:

Rutas turísticas
Freila nos recibe coqueta desde su castillo árabe, una fortaleza que data del XII y que conserva una impresionante atalaya de mampostería que se erige desafiante como emblema de este bello pueblo. Asomados a ella, el tiempo parece retroceder al medievo: el legado musulmán en Freila se puede respirar. Unida al costado izquierdo de la torre del Castillo, vestigios de la muralla nos hace intuir su importante función defensiva de antaño.
Mirando al frente, observamos la fisonomía de blancas terrazas de cuevas sorprende al viajero por la luminosidad que desprenden y el contraste con las cárcavas que rodean la población. La erosión provocada por las lluvias torrenciales dibuja sobre los barrancos y cerros una orografía única que se exhibe presumida ante el espectador en colores rojizos o violáceos según la luz y la estación que la envuelva. Este espectáculo se contempla majestuoso según nos dirijimos hacia el embalse del Negratín, cuyas aguas nos invitan a un baño en el lugar conocido como Cortijo del Cura. Se trata de un recóndito paraíso, único y desconocido, que combina alta montaña, playa y las vistas hipnotizadoras del gran Embalse.
Los lugareños dicen que la denominación del lugar, Cortijo del Cura, proviene de una antigua casa, propiedad de un sacerdote, que quedó sumergida en el embalse como otras muchas casas, de las que aún asoman chimeneas y tejados, cuando baja el nivel de sus aguas.
Sólo unos pocos privilegiados son los que conocen y disfrutan de todos los lujos que pueden reunir unas merecidas vacaciones en este lugar: monte, playa, vistas de ensueño y tranquilidad a precios más que asequibles.
Con acceso directo desde la Autovía A-92, una sinuosa carretera nos conduce desde el municipio hasta la playa de Freila. El apacible ambiente con que nos recibe el pueblo no hace sospechar ni por asomo que a tan sólo unos metros se esconde un pequeño paraíso que se ha convertido en el refugio estival de lugareños y foráneos.
En este lugar, los cerros que delimitan el Pantano se difuminan hasta confundirse con una playa de agua dulce donde bañarse, a 800 metros de altura, contemplando el arrebatador contraste del cielo con el rojizo oscuro de los montículos de los conocidos como bad-lands.
El pueblo de Freila recibe al visitante entre ancestrales cuevas y nuevas viviendas con vistas al Negratín, que dan cuenta de la transformación del entorno que ha supuesto el asentamiento de población atraída por el paisaje y el sosiego de la vida en estos lares.
Lo cierto es que las hipnotizadoras vistas que este pequeño rincón del altiplano granadino regala al visitante bien merece el disfrute de todos, del que ya disfrutan unos pocos locales que han encontrado en las orillas de este pantano todo un bálsamo de bienestar.
En los primeros tiempos sólo llegaban hasta aquí familias de Freila y algunos pueblos de la comarca, pero poco a poco empezó a ser frecuentado por turistas procedentes de Levante y, desde hace algún tiempo, también por europeos.
En la playa de Freila tampoco falta el velero o la tabla para los amantes del windsuf o la vela. Otros prefieren los hidropedales, el piragüismo, el remo o la pesca deportiva. Hay también un chiringuito y, para quien prefiera más intimidad, hasta una recóndita cala naturista.
Esta paradisíaca zona de baño fue habilitada por el Ayuntamiento de Freila nada más construirse el Pantano, aprovechando un entrante de sus aguas.
Cerca de la playa se encuentra el camping municipal La Cabañuela, con capacidad para 350 personas. Se encuentra en un lugar tranquilo y a la vez muy próximo a la autovía.
Otra de las bellezas arquitectónicas que se pueden contemplar en Freila es la Torre del Maruq, una atalaya árabe que se asienta sobre un montículo con el embalse del Negratín de fondo, un paisaje donde el visitante se siente transportado a un mundo irreal en el que el silencio, el agua y el pino con su inconfundible olor son los protagonistas incuestionables.
Por su puesto, el municipio ofrece alojamientos turísticos en hermosas cuevas rehabilitadas para disfrute del visitante, como la Cueva de José María o las Cuevas del Lobero, que abren sus puertas para conocer de cerca la comodidad de estas viviendas y las sensaciones que despiertan al visitante de encontrarse como en su propia casa.