Si compartes vivienda con una
familia española, comprobarás algunos
aspectos que pueden ser desconcertantes para tí, pero que aquí se ven como normales. Llevar zapatos en
casa es habitual. A la hora de
comer, verás que, si bien el
pan nunca falta, es considerado de tontos comerlo acompañando a la sopa. Además en tu plato es posible que te encuentres con una pieza de carne y, en especial, de
pescado con cabeza incluyendo los ojos (que generalmente no se comen) como síntoma de su frescura.