ALBUÑAN: EL ALBUÑAN PREROMANO, EL CLAN DELOS IKLONETAS....

EL ALBUÑAN PREROMANO, EL CLAN DELOS IKLONETAS.

De un lado, los acontecimientos que
giran en torno a la conquista militar de Hispania por parte de Roma,
a partir de finales del siglo III a. C.
De otro, los antecedentes culturales de los pueblos
indígenas del sudeste peninsular, valorando, así mismo, la incidencia de
las colonizaciones griega y púnica.
Desde el siglo VI A. C. la influencia de los cartagineses en el sur
de la Península Ibérica había sido muy grande hasta el siglo III a. C.
218 a. C. los romanos desembarcaban en la fundación griega de
Ampurias, mandados por Cu. Cornelio Escipión. Ampurias se convirtió
en el primer centro de operaciones de los romanos en Hispania y, como
consecuencia inmediata, estos pasaron a controlar toda la zona costera
de lo que actualmente es Cataluña. En una primera fase de la
conquista, caracterizada por el enfrentamiento con los cartagineses en
suelo peninsular, los romanos accedieron al dominio de todo el Sur y el
Levante de Hispania, es decir, las zonas más civilizadas. Posteriormente,
aunque con los lógicos intervalos, fue concretandose paulatinamente el
dominio romano sobre todas las regiones peninsulares, a lo largo del
siglo 11 a. C, hasta culminar en el año 19 a. C. con la conquista de los
pueblos del norte por parte de Augusto. Por lo tanto, la zona de la
actual Guadix se incluye entre las que más pronto pasaron a ser
conquistadas por el Estado romano.
El poblamiento indigna asentado en la comarca de Guadix en
torno a los siglos V-IV a. c. se concreta en el seno de esa gran
agrupación de pueblos extendidos por el sur y el Levante peninsular que
se ha dado en llamar pueblos ibéricos. Más concretamente, la región de
ACCi se integraba en el marco de la Bastetania cuyos habitantes, los
bastetanos o bastulos, constituían uno de los más importantes pueblos
del Sur peninsular.
En lo que se refiere al caso concreto de la Acci ibérica es muy
poco lo que puede adelantarse. El topónimo es, desde luego, ibérico,
con un sufijo - acci que se repite en los nombres de otras ciudades de
raíz indigena, sobre todo en el Sur peninsular: Tucci, Accinipo,
Acatucci, etc. Su significado es, hoy por hoy, desconocido, en espera del
desciframiento del problemático lenguaje ibérico.
los itinerarios seguidos por Scipión
o por J. Cesar, en el ámbito de la conquista de Hispania y de las guerras
civiles que protagonizó la sociedad romana en el último periodo de la
República, son descritos, sin que aparezca Acci, en textos como "Bellum
hispaniense" o "De bello civile", aún a pesar de deducirse el paso
forzoso por la misma. La Acci indígena, sin embargo, aparece
mencionada en la "Geografía" de Ptolomeo (11,6,60) como una ciudad
de los bastetanos, en una serie que incluye catorce ciudades más. En
cualquier caso, el entorno geográfico y el contexto histórico obligan a
hacer una reflexión sobre la entidad del asentamiento indígena de Acci.
La desaparición de Tartesos como poder político organizado
hizo que los pueblos hasta ese momento aglutinados bajo su poder - es
decir los turdetanos, bastetanos y oretanos, citados posteriormente por
las fuentes de época romana, que venían a ocupar, "grosso modo", el
territorio de la actual Andalucía - se fragmentaran considerablemente,
fomentándose la proliferación de régulos e señores de carácter local.

Según el gran epigrafista Hübner, este hecho se vería plenamente
atestiguado para Acci, en razón a unas monedas encontradas cerca de
Guadix en las que mediante caracteres indígenas, aparecían las
inscripciones ICLOE-ICLOEKN-ICLONEKN acompañado a escenas de
jinetes a caballo y con escudo.
A partir de ellas argumenta Hübner la existencia en Acci del
clan de los Iclonetas, que posteriormente desarrollaría cierta
colaboración con los romanos.
En las fuentes sólo se rastrea una aislada mención explicita de
los accitanos, concerniente a aspectos religiosos aunque de mayor
interés. Tratase de la noticia transmitida por Macrobio, hacia el siglo V
d. c., sobre el culto de los accitanos hacia "una imagen de Marte,
adornada con rayos, a quien llaman Neton". El testimonio se refiere
al momento contemporáneo del autor, pero muestra la evidencia de un
culto que se remonta a época prerromana. El nombre de este dios
indígena, bien bajo la forma de Neto, o bien en la excepción de
NETONI, aparece atestiguado en la epigrafía de otras regiones
peninsulares, especialmente Lusitania. El vocablo contiene claramente
la raíz celta NET-, que hace referencia al origen de una deidad
guerrera, fusionada después con un culto solar Mediterráneo.
Estamos, pues, en presencia de un fenómeno de sincretismo,
verificado a través del proceso de romanización, en el cual, el Neton
guerrero indígena,"adornado con rayos" por su antiguo carácter solar,
fue asimilándose paulatinamente al Marte guerrero romano. El pasaje
de Macrobio comentado, en el caso de Acci, se ve apoyado por una
inscripción epigráfica de singular importancia. Se trata del famoso
pedestal marmóreo, encontrado en Guadix en 1623 y actualmente en el
Museo Arqueológico de Sevilla, constituido originariamente como
sustento de una escultura, probablemente de Iris, hoy perdida. En él,
acompañada de sendos relieves laterales alusivos a cultos orientalesescenificaciones
nilóticas de Anubis, Horus y Apis-, una larga inscripción
recoge numerosas joyas ofrendadas a Isis por Fabia Fabiana en Honor
de su nieta Avita (siglo 11 a. c.).
Destacar, por ahora, de esta magnífica y antigua
inscripción, el que las ofrendas, según reza el texto se realizan "por
mandato del Dios Netón". Observamos, por lo tanto, la pervivencia
en el tiempo del culto a una importante deidad indígena entre las
accitanos, de orígenes remotos, aunque asimilada a Marte, en un
momento cronológico bastante avanzado de nuestra Era.
El primer contacto con los
romanos se produce hacia los años 208-207 a. c., durante las luchas de
Scipión con Asdrúbal, tal como ha sido comentado anteriormente a
propósito de la Segunda Guerra Púnica. Tras reunir tropas en
Cartagena, Scipión marchó por la ruta Lorca-Baza, llegando hasta Acci,
para marchar posteriormente hacia el Norte por el valle del
Guadalbullón. Mientras Scipión conquistaba la Bética, su hermano
Lucio afianzaba las conquistas realizadas en la Bastetania. Las noticias sobre la
romanización de Acci procedentes de la epigrafía, la numismática y las
fuentes clásicas, se refieren ya, invariablemente, a la colonia romana en
que se ha convertido, hacía finales del siglo I a. C., el núcleo o núcleos
accitanos precedentes.
La primera información interesante nos la proporciona Plinio, en su
"Naturalis Historiae" (III, 3 25), según la cual Acci es una colonia
romana -Colonia Ivlia Gemella Acci- perteneciente al "Conventus
cartagenensis ", que goza ademas del "ius italicum". También el
"Itinerario- Antonino ", obra del Siglo III d. C., menciona a Acci en el
cruce de dos vías: la que iba de Cartago Nova a Cástulo, por un lado, y
la que iba de Cástulo a Malaca, por otro. Hemos de incluir, pues, a
Acci en el conjunto de fundaciones urbanas efectuadas con colonos
romanos y auspiciadas por el Estado romano.
Las tesis mantenidas al respecto han planteado, o bien una fundación cesariana o bien una fundación
augustea. Insistiendo en las posibilidades de su fundación por J. César El punto de
partida para estas argumentaciones es la numismática: en monedas
acuñadas en Acci, en tiempos de Augusto, puede verse la leyenda L 1
II ("legiones prima et secunda"). Sin embargo, argumenta Santero, la
relación de esas dos legiones con Hispania y con la colonia accitana
concretamente es tremendamente problemática, al atestiguarse su
presencia en el Rhin en los años 17 a. C. y 14 respectivamente. Por otra
parte, en el año 49 a. C., en plena guerra civil entre Pompeyo y Cesar,
se atestiguan en Hispania dos legiones -una "secunda ''y otra vernacula
"- en principio incluidas en el ejército de César. Los pasos e incidencias
de estas dos legiones son rastreados minuciosamente por Santero en los
textos "Bellun Hispaniense","Bellum alexandrino "Y "De bello civile". En todo caso apuntar que la
deducción principal sobre la que hace recaer el momento cesariano en
la fundación de la colonia estriba en la identificación "legio vernacula
" de las fuentes con la "legio prima" de la numismática accitana. Esto
aclararía, por tanto, el protagonismo directo de las dos legiones cesarianas citadas - "prima "o ''vernacula" "et secunda"- en la fundación
de la colonia lvlia Gemella Acci. La descripción cronológica de las
monedas a tiempos de Augusto no seria, en base a esa argumentación
motivo suficiente para pensar en una fundación augustea. Ademas, el
apelativo de lvlia contenido en el nombre de la colonia refuerza el
papel de César como fundador. La "deductio" de la colonia, por tanto,
se produciría en el año 45 a. C., tras la batalla de Munda, momento en
el que César incentiva las fundaciones coloniales hispanas. En el famoso
discurso de Hispalis de ese mismo año, César manifiesta su intención,
ante los que le habían combatido, de efectuar repartos de tierras y la
exención de impuestos ademas de otorgar la ciudadanía romana y el
titulo de colonos romanos entre los veteranos de las legiones (Dión
Casio, 39,5; Suetonio, "Vida de Cesar", XXXVIII y XLII, "Bellum
hispaniense ",42). En este ámbito hemos de ubicar los planes de
J. César encaminados a pacificar los territorios provinciales, hasta ese
momento convulsionados por las guerras civiles. Incluso ante las tropas
que habían combatido junto a Pompeyo, J. César.