La
judería de
Córdoba, uno de los más importantes restos arquitectónicos de la presencia hebrea en
España, fue el centro de la poblada colonia judía en la Córdoba
medieval, una de las más activas comunidades de su tiempo. La judería llegó a ser un importante enclave intelectual en tiempos de Abderramán III, cuando a la corte califal llegaron filósofos, científicos y poetas. El núcleo originario de la judería es un
barrio medieval ubicado en el extremo norte-occidental de la Mezquita. Las
calles poseen un trazado singularmente irregular y sinuoso, con callejones estrechos, callejuelas angostas y plazoletas que dan a
casas encaladas en un blanco luminoso, levantadas en torno a un
patio y repletas de
flores. El centro de la vida comunitaria es la sinagoga, a la que se accede mediante la estrecha
calle Los Judíos. Se trata de un
edificio semioculto, cuya estructura no queda expuesta al exterior. La decoración utiliza el yeso como elemento principal, con una labor mudéjar de impecable factura. En el patio, una galería superior integra tres pequeños
balcones con
arcos angrelados. Otros
monumentos de la judería cordobesa son la
Plaza de Juda Leví, a la que da la
Casa de Cristal, la Plazuela de Maimónides, o la plaza del Cardenal Salazar, a la que se llega por la estrecha calle del mismo nombre. La Córdoba actual rinde
homenaje a su pasado judío mediante la
estatua de su figura más importante, el sabio Maimónides.