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CONQUISTA: Qué equivocado estás TOGU, cuando conocí al valencià...

Después de unos días desconectado de las redes sociales llegó y me encuentro el foro lleno de mensajes de la flor y nata, que haciendo una salvedad he de decir que este foro sería cadaver sino fuera por los que lo mantenemos vivo a pesar de lo pesares.
Vayamos a otras cosas más interesantes como: Desear una pronta recuperación a Manuela, así como a la nuera de Ana María, la salud ante todo.
Después reconocer a Isabelo el esfuerzo de quitar las telarañas a los utensilios antiguos para colgar la fotos aqui y, reconocer el valor de las cosas antiguas y, sobre todo la foto de sus padres no tanto por la calidad y síno por lo que representa como recuerdo.
A JMR, por su lección de sexualidad, ¡que digo de lección! de represión, que no sólo la ejercián los ya sabidos sino también la suegra y, sino que se lo pregunten al amigo.
Estos días de atrás recordamos Ana María, porque estando como estabamos en tierras de Alicante comimos paella con garbanzos y, quiero recordar que Ana hace tiempo que dijo que ella le echaba garbanzos a la paella, cosa que en su momento me extrañó, más he podido comprobar que no es extraño. Dicen por ahi que a los hombres se les conquista por el estomago, esta debió de ser una de las muchas virtudes tuya por las que conquistas a Pepe.
Angelita, ¡que pena! no participar en la reunión, dos días coincidimos con Nieves y Juanan, encantados de la vida estuvimos, ratos cortos pero intensos.
Agradecer a Manuela que nos de noticias de Isabel y, ellas sean buenas.
Bueno creo que a los que queria contestar, contestado está
Salud para tod@s

Qué equivocado estás TOGU, cuando conocí al valencià no sabía ni freír un huevo -todavía no sé hacerlo sin que me ataque el aceite-. En aquellos años todos los trabajadores de los hoteles solíamos vivir en el hotel y estábamos a mesa puesta, se nos llamaba la familia y siempre había un cocinero que se dedicaba a hacer la comida para la misma y con menús adaptados a nuestras costumbres. Esto quiere decir que de aprender a cocinar, nada de nada. Todo esto ha cambiado mucho, ya nadie vive en el lugar de trabajo, no se crea la relación entrañable entre compañeros, que es lo mejor que yo guardo de aquella época, junto con la juventud que nos acompañaba y que casi todo lo veía bien.
Y tras este rollete que sí, que le ponemos garbanzos, pero sólo a la huertana.