Existen otras canciones como el ¡Trágala!, donde los liberales humillaban a los absolutistas, refiriéndose a que Fernando VII tuvo que aceptar la constitución liberal y pronunciar el famoso: Caminemos todos, y yo el primero, por la senda constitucional. Estos gritos y cantos han perdurado en el tiempo y cambiado de significado, pero se siguieron cantando en
España como símbolo izquierdista, contra la derecha; anticlerical contra la
Iglesia católica y republicano contra la monarquía en distintas coyunturas históricas, notablemente durante la Segunda República Española y la Guerra Civil.