La
calle Abades finaliza en otro de los
rincones más bonitos de
Arcos de la Frontera. El
mirador de mismo nombre invita a sentarse y mezclarse con los azulejos de delicada poesía. Arcos tiene su atractivo en los pequeños rincones a los que llegar sin prisas, con ojos curiosos y ávidos por descubrir pequeñas joyas olvidadas en las guías turísticas.