D. Gines, permítame que me presente: mi nombre es Manuel Méndez Compán. Soy hijo de Manuel el Palaga y de Concha. Quizás usted conoció a mi padre el cual murió en acidente en el Cerro Cinto por culpa de las malas lenguas.
Disculpe D. Ginés, que halla mencionado esto, pues por desgracia, no encuentro otro modo para darme a conocer mejor.
Dejando a parte esta triste presentación, el motivo de dirigirme a usted, es para darle mi apoyo en lo que se refiere al Cortijo Los Torres. Sr. Ginés, yo me pregunto: ¿Qué autoridad mandó destruir una propiedad privada, que además formaba parte de la historia de Rodalquilar? Como no es justo esto que hicieron, creo que es, denunciable y yo soy uno mas que pide justicia.
D. Ginés, desde Catalña, le saluda Manuel Méndez.
Disculpe D. Ginés, que halla mencionado esto, pues por desgracia, no encuentro otro modo para darme a conocer mejor.
Dejando a parte esta triste presentación, el motivo de dirigirme a usted, es para darle mi apoyo en lo que se refiere al Cortijo Los Torres. Sr. Ginés, yo me pregunto: ¿Qué autoridad mandó destruir una propiedad privada, que además formaba parte de la historia de Rodalquilar? Como no es justo esto que hicieron, creo que es, denunciable y yo soy uno mas que pide justicia.
D. Ginés, desde Catalña, le saluda Manuel Méndez.
Amigo Manuel. Aprovecho tu alusión en primer lugar para dedicarte mi agradecimiento de antemano por tu animada y constante participación en esta casa. Con tu sencillez y con tu simpatía nos enriqueces a todos. Debéis ser un número importante el de hijos de esta tierra que vivís por tierras de Cataluña y que en un momento de vuestras vidas hicistéis historia con vuestro nunca deseado exilio de nuestro querido Rodalquilar. Hace unos cuantos años, en otros tiempos diría yo, tuve la suerte de vivir durante un año y medio en tierras leridanas y allí se forjaron gran parte de mis ideales y mi ilusión en una empresa que después he visto como unos enemigos de España y de los españoles se han ensañado en destruirla desde los más altos cargos de su administración. Pero esto ya tiene difícil arreglo como el asunto del Cortijo Los Torres. En la época en que unos canallas de nuestra queridísima Administración cometieron semejante barbarie yo ya no vivía entonces en Almería y solo pude comprobar en el verano el espectáculo de un edificio destruido de la noche a la mañana. Qué valientes. ¿Sabemos sus nombres? Yo prefiero no saberlos, porque tengo unos niños todavía que criar y educar. No obstante mi prima Adriana, que forma parte también de esta casa, conoce grandes detalles de esta triste historia porque la vivió, la sufrió y la padeció de primera mano. Te agradezco de corazón tus palabras de apoyo por el asunto del cortijo; y por supuesto solo te pido que en adelante me tutees, pues algunos ya tenemos bastante con los protocolos del trabajo. Disculpa que yo me haya adelantado en el tratamiento siguiendo el espíritu de esta casa.
Un saludo, amigo Manuel.
Un saludo, amigo Manuel.
