Tienes tanta razón, hemos tenido tanto que ahora el desconsuelo es indescriptible. Me duele no ser la mano que te ayude a levantarte, que algún día llegue a ser tan insignificante para tí como la pelusa de tu ombligo, que todo este amor y esta energía sean ahora tan poderosas para arañarnos el alma.
No puedo pedirte perdón, porque ni siquiera lo merezco; no puedo pedirte amor, porque sería injusticia, no puedo pedirte amistad, porque nos es incompatible, no puedo pedirte ayuda, porque ya estás lejos. Sólo me queda el arrepentimiento, la soledad, el vacío, la desesperación, el amargor, el desconsuelo, la tristeza y las ganas de no volver a ver jamás el sol.
No puedo pedirte perdón, porque ni siquiera lo merezco; no puedo pedirte amor, porque sería injusticia, no puedo pedirte amistad, porque nos es incompatible, no puedo pedirte ayuda, porque ya estás lejos. Sólo me queda el arrepentimiento, la soledad, el vacío, la desesperación, el amargor, el desconsuelo, la tristeza y las ganas de no volver a ver jamás el sol.
