Incluso antes de ser publicada la primera edición, en mayo de 1936, el productor de
cine David O. Selznick decidió
comprar los derechos para hacer una película basada en la novela; a pesar de su renuencia inicial, Selznick siguió los consejos de su editora de
historia Katherine (Kay) Brown, que había leído una copia de la obra previa a la publicación.