Se llamaba Feliciana Moraga García, y se vino de adolescente a servir a Madrid. Llenó de amor mi infancia. No le hacía falta saber leer ni escribir: su inteligencia, su bravura para sobreponerse a los desastres de la guerra incivil, lo suplian con creces. Me hablaba de "su pueblo", al que creo que ya no quiso volver. Ese curioso poste, "del tiempo de los moros", me decía. Recordaba las estupendas setas de cardo que, tras días de lluvia, se echaban en "el mandil". Tengo que volver a Fuentenovilla, ... (ver texto completo)
Hola Santiago! No sé si leerás este mensaje, porque veo que han pasado muchos años desde tu post.... Simplemente era por comentarte que tu abuela Feliciana era prima hermana de mi tatarabuelo y, de hecho, su hija mayor (mi bisabuela) también se llamaba Feliciana. Si quieres contactarme puedes escribirme a fjalvarez@ucm. es
Saludos
Saludos