Quiero dedicar esta poesía a todas las madres que ya no están y en especial a la mia:
Tienes mil dones como madre y como esposa, que Dios te hizo merecer.
Tienes un ángel que ilumina tu rostro, día tras día y en cada
amanecer.
Este brillo de esperanza que sientes al despertar, se va volviendo oscuro,
pero sabes que jámas esa luz de fantasía, de tu rostro se marchará.
Madre, esa ternura que Dios y la
Naturaleza te entregó, no desaparecerá de nuestras pobres mentes, pues si no te tenemos aquí,
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