Eso, eso! Me encanta que cuentes conmigo. Yo me apunto. Sólo tienes que poner fecha

pues Angelines parece que no nos contesta. ¡Vamos pillanos la palabra ¡

Consuelito envíame las fotos de este verano. y rebusca de esas antiguas y cuelga alguna. Del puente, antes de estar desarreglado. y todo eso. besos.

Y de mí te acuerdas? Y también soy un poco del Campillo. Soy Consuelo (nieta de Consuelo). Estuve una semana en julio, y saludé a tu madre. Me alegró verla tan bien como siempre. Seguro que tú estás estupenda, y que no has perdido tu maravillosa sonrisa. Aquí en Vitoria Gasteiz tienes una amiga, y un sitio para conocer. Un abrazo.

Consuelo guapa, creo que no entendiste mi ironia, ¿verdad?, el mensaje que le escribo a Flor es para que suelte una carcajada, que eso siempre está muy bien a cualquier hora y por cualquier motivo, y para darle muchos ánimos, sé perfectamente que eres nieta de Consuelo y además recuerdo a tu abuela, y por supuesto a tu madre y tus tías, claro que sí. Granada es una ciudad muy bonita cuando quieras tienes una amiga para conocerla. Un beso. Cuidaté Guapa

Yo también soy amiga de Angelines, aunque no sé si ella se acordará de mí. Un beso fuerte, preciosa!

Hola Guapa! me acuerdo de tí perfectamente! gracias por tu cariñoso mensaje, y muchisima suerte en todo! Te deseo toda la felicidad del mundo y un beso fortisimo, Gracias guapa.

Soy Consuelo, nieta de Consuelo Díaz y Angel Martínez. Mis recuerdos de infancia están asociados al Campillo, y son SUPER felices. Nos juntábamos un montón de primos, tíos, y aquello, para mí era la FELICIDAD. Además estaba la compañía de Mari Flor, Manolo, Fernando y Juan, cuatro hermanos maravillosos y super hospitalarios, que nos aguantaban durante el mes de agosto (mientras ellos madrugaban para trabajar), la paciencia de Maria Antonia, y la fuerza de Manuel (que E. P. D). Aupa, Campi, te llevo ... (ver texto completo)

Gracias por tantos piropos. cuanto me he alegrado de recordar aquellos tiempos contigo Consu en El Campillo. Se tiene que repetir antes de que vuelvan a pasar ocho años. Aunque no hemos jugado a verdad o te atreves.