Recuerdo a
Fermín, con su cara siempre sonriente y agradable aunque su salud no fuera buena. Conservo con cariño la pieza tallada que me regaló un día que fué a la consulta. Merece un
homenaje grande y un
premio en la
fiesta del queso
Casín de Arniciu, con su
nombre. Saludos a su
familia.