Entre
Bermeo y
Mundaka se encuentra la isla de Izaro, cuya silueta en el horizonte ofrece una vista emblemática de Urdaibai. En el siglo XV albergó un
convento franciscano, y desde entonces ha sido escenario de historias de corsarios, disputas territoriales y leyendas de amor.
Actualmente, la isla es hogar de colonias de aves marinas como gaviotas, paíños, garcetas y cormoranes.