La
casa fue promovida inicialmente por José Altuna Sagastibelza, pero antes de su finalización, en 1902 se la donó a su ahijado. La casa se atribuye al carranzano maestro de obras Emilio Otegui que estaba casado con una Irastorza.
El
edificio, de planta rectangular y cuatro vertientes, destaca por las amplias balconadas corridas de estructura de madera en la
fachada principal y el cuerpo de galerías que se apoya sobre
columnas de hierro de fundición de la fachada sur.