OYON: El Katxi cumple en Oion con su rito invernal del revolcón...

El Katxi cumple en Oion con su rito invernal del revolcón

El mal tiempo no impidió la asistencia masiva de vecinos a la también tradicional hoguera en la plaza

Miércoles, 23 de Enero de 2019 - Actualizado a las 06:02h
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Hogueras de Oion

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Hogueras de Oion

oion- El Katxi regresó la noche del lunes con los oyoneses para celebrar unas heladoras fiestas de San Vicente y San Anastasio ofreciendo los tradicionales revolcones delante de la parroquia y del Ayuntamiento ante la mirada ilusionada de una gran cantidad de personas que tuvieron también la oportunidad de disfrutarlo ayer, a pesar de la incómoda lluvia que apenas cesó de caer a lo largo de la mañana.

Aunque las fiestas habían tenido dos días previos de actos, fue el lunes cuando, una vez saludadas las autoridades y disfrutado el caldito caliente preparado por la coral Prudentzio Egunsentia en la plaza Mayor, sobre las ocho y cuarto, el popular Katxi se dio el primer revolcón delante de la puerta de la parroquia mientras se encendía el fuego de la gran hoguera en la plaza cercana. Unas breves vísperas en el interior de la parroquia y, a continuación, la comitiva se trasladó de nuevo a la plaza, pasando antes por delante de los denominados rueda y torico, cargados de cohetes donde por primera vez en muchos años se había colgado el estandarte de los patronos para vivir el segundo revolcón ante la Casa Consistorial, para desplazarse posteriormente al viejo Ayuntamiento para degustar las rosquillas y el tostadillo que ofrece tradicionalmente el equipo de gobierno. Mientras los mayores disfrutan de esa copa, en el interior del viejo ayuntamiento se reparten golosinas entre los más pequeños.

El resto de la noche se enfrentó con una disco móvil y el toro de fuego. Después, no todos se fueron a la cama. Para un grupo muy querido en Oion a las cuatro y cuarto de la madrugada comenzó su jornada. Son los auroros, que a esa hora comenzaron su recorrido por Oion entonando las auroras a los santos patronos. El procedimiento se repite en multitud de esquinas: antes de comenzar el recitado se hace sonar un cohete colocado en el suelo contra una pared o un bordillo a fin de que el bombazo avise al vecindario de su presencia. Al finalizar, se hace sonar una campana diciendo Un ave maría por los santos de este día, rezándose en el lugar antes de trasladarse a otro.

Algunas casas abren sus puertas y ofrecen a los auroros pastas, vino, licores..., como agradecimiento y ayuda en las frías noches de invierno y otros muchos se tapan entre las mantas y continúan durmiendo. - Pablo José Pérez