Refranes
De árbol enfermizo no esperes fruto rollizo.
De barbero a barbero no pasa dinero.
De barriga gigante, pedo retumbante.
De bromas pesadas, veras lamentadas.
De buen caldo, buenas sopas.
De buen chaparrón, buen remojón.
De buena casa, buena brasa.
De buena madre buen hijo, y de buena pipa buen vino.
De buena vid planta la viña, y de buena madre, la hija.
De caballo overo, ni la crin ni el cuero.
De cada diez hombres favorecidos, cinco contentos y cuatro desagradecidos.
De casa alacrán, sal fuera!... y que pique donde quiera.
De casa del abad, comer y llevar.
De casa en que amanece tarde, Dios nos guarde.
De casa que amanece a mediodía, guárdenos Dios y Santa María.
De casas y de potros que lo hagan otros
De casta le viene al galgo, tener el rabo largo.
De casta le viene al galgo.
De cualquier maya sale un ratón.
De cualquier nube sale un chubasco.
De cuero ajeno, correas largas.
De chicos es el temer y de grandes el atrever.
De desagradecidos está el mundo lleno.
De descansar, nadie murió jamás.
De día no veo y de noche me espulgo.
De dinero y amistad la mitad de la mitad.
De dinero y de bondad quita siempre la mitad.
De donde no hay no se puede sacar.
De donde no hay pan hasta los perros se van.
De donde viene la descomunión, allí viene la absolución.
De donde vino el asno vendrá la albarda.
De dos bienes, el mayor; de dos males, el menor.
De ese infierno no salen chispas.
De esperanzas vive el hombre, pero muere de desilusiones.
De esta agua no beberé.
De ésta me saque Dios, que en otra no me meteré yo.
De esta vida sacarás lo que disfrutes nada más.
De esto que nada me cuesta, llenemos la cesta.
De fuera vendrá quien de casa me echará.
De fuera vendrá quien de casa te echará.
De hambre a nadie vi morir, de mucho comer, cien mil.
De hombres es errar y de bestias porfiar.
De hombres leales, están llenos los hospitales.
De inteligentes y de sabios es perdonar injurias y olvidar agravios.
De invierno, la levadura; de verano, la mujer aguda.
De la "mar" el salmón y de la tierra el jamón.
De la calle vendrá quien de tu casa te echará.
De la esperanza vive el cautivo.
De la mala mujer no te guíes y de la buena no te fíes.
De la mar, el mero, y de la tierra, el carnero.
De la mar, el salmón; de la tierra, el jamón.
De la mujer y el dinero no te burles compañero.
De la noche en la espesura, hasta la nieve es oscura.
De la perdiz, lo que mira al suelo; del conejo, lo que mira al cielo.
De la vaca flaca, la lengua y la pata.
De las uvas sale el vino, y del vino el desatino.
De lejanas regiones, mentiras a montones.
De lo que no veas, la mitad sólo creas.
De lo que se come se cría.
De los 50 para arriba, no te mojes ni la barriga
De los amigos me guarde Dios, que de los enemigos me guardo yo.
De los burros, la destreza, no radica en la cabeza.
De los cuarenta para arriba no te mojes la barriga.
De los hijos, el que muere, el más querido.
De los hombres se hacen los obispos.
De los olores, el pan; de los sabores, la sal.
De los placeres sin pecar el más barato es el cagar.
De los tuyos hablarás, pero no oirás.
De lunes a martes, poco se llevan las artes.
De marzo a la mitad, la golondrina viene y el tordo se va
De árbol enfermizo no esperes fruto rollizo.
De barbero a barbero no pasa dinero.
De barriga gigante, pedo retumbante.
De bromas pesadas, veras lamentadas.
De buen caldo, buenas sopas.
De buen chaparrón, buen remojón.
De buena casa, buena brasa.
De buena madre buen hijo, y de buena pipa buen vino.
De buena vid planta la viña, y de buena madre, la hija.
De caballo overo, ni la crin ni el cuero.
De cada diez hombres favorecidos, cinco contentos y cuatro desagradecidos.
De casa alacrán, sal fuera!... y que pique donde quiera.
De casa del abad, comer y llevar.
De casa en que amanece tarde, Dios nos guarde.
De casa que amanece a mediodía, guárdenos Dios y Santa María.
De casas y de potros que lo hagan otros
De casta le viene al galgo, tener el rabo largo.
De casta le viene al galgo.
De cualquier maya sale un ratón.
De cualquier nube sale un chubasco.
De cuero ajeno, correas largas.
De chicos es el temer y de grandes el atrever.
De desagradecidos está el mundo lleno.
De descansar, nadie murió jamás.
De día no veo y de noche me espulgo.
De dinero y amistad la mitad de la mitad.
De dinero y de bondad quita siempre la mitad.
De donde no hay no se puede sacar.
De donde no hay pan hasta los perros se van.
De donde viene la descomunión, allí viene la absolución.
De donde vino el asno vendrá la albarda.
De dos bienes, el mayor; de dos males, el menor.
De ese infierno no salen chispas.
De esperanzas vive el hombre, pero muere de desilusiones.
De esta agua no beberé.
De ésta me saque Dios, que en otra no me meteré yo.
De esta vida sacarás lo que disfrutes nada más.
De esto que nada me cuesta, llenemos la cesta.
De fuera vendrá quien de casa me echará.
De fuera vendrá quien de casa te echará.
De hambre a nadie vi morir, de mucho comer, cien mil.
De hombres es errar y de bestias porfiar.
De hombres leales, están llenos los hospitales.
De inteligentes y de sabios es perdonar injurias y olvidar agravios.
De invierno, la levadura; de verano, la mujer aguda.
De la "mar" el salmón y de la tierra el jamón.
De la calle vendrá quien de tu casa te echará.
De la esperanza vive el cautivo.
De la mala mujer no te guíes y de la buena no te fíes.
De la mar, el mero, y de la tierra, el carnero.
De la mar, el salmón; de la tierra, el jamón.
De la mujer y el dinero no te burles compañero.
De la noche en la espesura, hasta la nieve es oscura.
De la perdiz, lo que mira al suelo; del conejo, lo que mira al cielo.
De la vaca flaca, la lengua y la pata.
De las uvas sale el vino, y del vino el desatino.
De lejanas regiones, mentiras a montones.
De lo que no veas, la mitad sólo creas.
De lo que se come se cría.
De los 50 para arriba, no te mojes ni la barriga
De los amigos me guarde Dios, que de los enemigos me guardo yo.
De los burros, la destreza, no radica en la cabeza.
De los cuarenta para arriba no te mojes la barriga.
De los hijos, el que muere, el más querido.
De los hombres se hacen los obispos.
De los olores, el pan; de los sabores, la sal.
De los placeres sin pecar el más barato es el cagar.
De los tuyos hablarás, pero no oirás.
De lunes a martes, poco se llevan las artes.
De marzo a la mitad, la golondrina viene y el tordo se va