EL POR QUE DE LOS PREMIOS PULITZER:
Galardones que todos los año se entregan en los Estados Unidos a
los mejores trabajos en periodismo, ficción, drama, poesía, historia, biografía o autobiografía. Los premios se pagan con los ingresos derivados de un fondo que creó Joseph Pulitzer (1847-1911) y que administra la Universidad de Columbia, desde 1917. Los premios se entregan siguiendo las recomendaciones de un directorio especializado.
Pulitzer nació en Hungría. Luego de emigrar a los Estados Unidos, en 1883, compró el diario World en Nueva York donde desarrolló métodos agresivos de periodismo, usando ilustraciones, noticias insólitas, cruzadas contra la corrupción, historietas y un notable suplemento dominical. Convirtió a su diario en defensor de las causas justas, aunque tuvo detractores y enemigos.
Desde 1880 sufrió una ceguera paulatina, vivía casi todo el tiempo en una embarcación, hasta convertirse en una figura legendaria y exótica. Al morir dejó una fortuna para la escuela de graduados en periodismo de la Universidad de Columbia.
Una de sus frases más famosas:
«La prensa libre debe abogar siempre por el progreso y las reformas. Nunca tolerar la injusticia ni la corrupción.
Luchar contra los demagogos de todos los signos. No pertenecer a ningún partido.
Oponerse a los privilegios de clases y al pillaje público. Ofrecer su simpatía a los pobres y mantenerse siempre devota al bien público”.
Galardones que todos los año se entregan en los Estados Unidos a
los mejores trabajos en periodismo, ficción, drama, poesía, historia, biografía o autobiografía. Los premios se pagan con los ingresos derivados de un fondo que creó Joseph Pulitzer (1847-1911) y que administra la Universidad de Columbia, desde 1917. Los premios se entregan siguiendo las recomendaciones de un directorio especializado.
Pulitzer nació en Hungría. Luego de emigrar a los Estados Unidos, en 1883, compró el diario World en Nueva York donde desarrolló métodos agresivos de periodismo, usando ilustraciones, noticias insólitas, cruzadas contra la corrupción, historietas y un notable suplemento dominical. Convirtió a su diario en defensor de las causas justas, aunque tuvo detractores y enemigos.
Desde 1880 sufrió una ceguera paulatina, vivía casi todo el tiempo en una embarcación, hasta convertirse en una figura legendaria y exótica. Al morir dejó una fortuna para la escuela de graduados en periodismo de la Universidad de Columbia.
Una de sus frases más famosas:
«La prensa libre debe abogar siempre por el progreso y las reformas. Nunca tolerar la injusticia ni la corrupción.
Luchar contra los demagogos de todos los signos. No pertenecer a ningún partido.
Oponerse a los privilegios de clases y al pillaje público. Ofrecer su simpatía a los pobres y mantenerse siempre devota al bien público”.