Sigue adelante, no te rindas
Aunque muchas cosas obstaculicen la labor que estás realizando en procura de sembrar el bien, no te rindas, ni te sientas vencido, el Señor te fortalece y sostiene.
Si se levantaran mil voces para apagar la tuya, guarda silencio respetuoso, hasta que se hayan apagado, luego levanta la voz nuevamente y continúa sembrando el bien a través de tu palabra. No importa el número de obstáculos que se levanten para impedir tu ascenso a la montaña, supera cada uno de esos obstáculos y continúa tu marcha hasta la cima.
No importa que mil brazos te aprisionen el cuerpo y quieran anclarte a las cosas mezquinas de la vida.
Continúa tu labor, sigue la marcha, esfuérzate aún más por derramar lo mejor que posees. De seguro tu obra llegará algún día a su culminación y entonces tendrás tiempo para mirar lo que has logrado con tu esfuerzo y con la asistencia de Dios.
Cuando llegues por fin al término del camino tu corazón estará repleto de dicha al experimentar la satisfacción de la misión cumplida.
Aunque muchas cosas obstaculicen la labor que estás realizando en procura de sembrar el bien, no te rindas, ni te sientas vencido, el Señor te fortalece y sostiene.
Si se levantaran mil voces para apagar la tuya, guarda silencio respetuoso, hasta que se hayan apagado, luego levanta la voz nuevamente y continúa sembrando el bien a través de tu palabra. No importa el número de obstáculos que se levanten para impedir tu ascenso a la montaña, supera cada uno de esos obstáculos y continúa tu marcha hasta la cima.
No importa que mil brazos te aprisionen el cuerpo y quieran anclarte a las cosas mezquinas de la vida.
Continúa tu labor, sigue la marcha, esfuérzate aún más por derramar lo mejor que posees. De seguro tu obra llegará algún día a su culminación y entonces tendrás tiempo para mirar lo que has logrado con tu esfuerzo y con la asistencia de Dios.
Cuando llegues por fin al término del camino tu corazón estará repleto de dicha al experimentar la satisfacción de la misión cumplida.