Teo, no sé si te acuerdas de esta poesía que en su día la puse en este foro y os gustó, hoy la he puesto en otro foro, es por eso el homenaje que dice Pepi, le he añadido algo nuevo, por eso si no os molesta vuelvo a ponerla aquí. Por supuesto en honor a todas las madres.
UN abrazo.
CUANTO LA EXTRAÑO MADRE
Esta mañanita madre me
fui al campo,
a coger esas flores que
huelen tanto.
Que mañanita madre más
deliciosa,
como revoloteaban las
mariposas.
Yo cogía amapolas y
margaritas,
y la flor de la malva que la
tos quita.
Y la flor de la jara para el
reuma curar,
y dientes de león para
depurar.
Para los nervios madre cogí
retama,
y para los dolores cogí
lavanda.
Me acordaba madre que usted
contaba,
que las flores del campo “to”
lo curaban.
También me acordaba madre que
usted decía,
que la Virgen del Carmen las
bendecía.
¿Cómo podría madre olvidar
yo eso?,
si siempre la escuchaba con
embeleso.
Cuanto la extraño madre, hoy
como un niño,
me faltan sus consejos y
su cariño.
Ya va a hacer ocho años que
que nos dejaba,
¡Ay! Cuantas lagrimitas
van derramadas.
Ya se que usted no quiere
ver este llanto,
¡pero es que madre querida
la añoro tanto!
Cuando tengo una pena
en usted pienso,
y en mi frente percibo
su dulce beso.
Pa. Sa. Ma.
UN abrazo.
CUANTO LA EXTRAÑO MADRE
Esta mañanita madre me
fui al campo,
a coger esas flores que
huelen tanto.
Que mañanita madre más
deliciosa,
como revoloteaban las
mariposas.
Yo cogía amapolas y
margaritas,
y la flor de la malva que la
tos quita.
Y la flor de la jara para el
reuma curar,
y dientes de león para
depurar.
Para los nervios madre cogí
retama,
y para los dolores cogí
lavanda.
Me acordaba madre que usted
contaba,
que las flores del campo “to”
lo curaban.
También me acordaba madre que
usted decía,
que la Virgen del Carmen las
bendecía.
¿Cómo podría madre olvidar
yo eso?,
si siempre la escuchaba con
embeleso.
Cuanto la extraño madre, hoy
como un niño,
me faltan sus consejos y
su cariño.
Ya va a hacer ocho años que
que nos dejaba,
¡Ay! Cuantas lagrimitas
van derramadas.
Ya se que usted no quiere
ver este llanto,
¡pero es que madre querida
la añoro tanto!
Cuando tengo una pena
en usted pienso,
y en mi frente percibo
su dulce beso.
Pa. Sa. Ma.
