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El Consistorio ha firmado un convenio con Nasuvinsa, dotado con 270.000 euros, para rehabilitar cinco casas municipales y promocionarlas como viviendas de alquiler

La sociedad pública Nasuvinsa se ha propuesto extender al entorno rural las políticas de rehabilitación y promoción de vivienda de alquiler para responder a la demanda de la población local, que ve cómo cada día las principales localidades se convierten en lugares de aglomeración urbana mientras que lo pequeños municipios se quedan cada día más y más despoblados. Es el caso de Ujué/Uxue, uno de los cinco pueblos –los otros cuatro son Burguete/Auritz, Espinal/Aurizberri y Jaurrieta- en los que Nasuvinsa ha abierto una línea de trabajo para acometer la rehabilitación integral de edificios de titularidad municipal en el medio rural que están en desuso y, por medio de convenios con sus ayuntamientos, promover en ellos vivienda de alquiler.

Se trata de un convenio que han firmado los alcaldes de los diferentes municipios con el vicepresidente de Derechos Sociales del Ejecutivo foral, Miguel Laparra, el cual contempla la cesión por parte de las entidades locales de casas de titularidad municipal actualmente en desuso, su recuperación y rehabilitación a cargo de Nasuvinsa para promover en ellas viviendas de alquiler con una inversión de casi 1,5 millones de euros, la posterior gestión del arrendamiento protegido de estos pisos por la propia sociedad pública y, al cabo de entre 15 y 25 años, la recuperación de los edificios en favor de sus ayuntamientos. Concretamente, la sociedad pública encargada de este proyecto invertirá 270.000 euros en Ujué/Uxue para obtener cinco viviendas en las casas de los maestros construidas en 1931. “Desde que llegamos al Ayuntamiento, una de nuestras prioridades ha sido la conservación del patrimonio y las casas de los maestros estaban absolutamente destartaladas, por lo que la primera actuación que hicimos de urgencia fue arreglar el tejado, que estaba lleno de goteras y, al ser de madera, estaban deteriorándose todas las estructuras”, destaca el alcalde de la localidad, Rubén Sánchez.

El Consistorio se puso en contacto con el Servicio de Vivienda del Gobierno de Navarra para buscar una solución y, al llegar al final de la legislatura, José Mari Aierdi, gerente de Nasuvinsa, planteó la propuesta que recientemente se ha firmado para “llevar la vivienda social más allá de Pamplona/Iruñea y que llegase así al medio rural”. En este sentido, el proyecto planteado para Ujué/Uxue es la construcción de cinco unifamiliares adosados que constan de dos plantas. En la primera tienen salón, cocina y un baño y en la segunda distintas habitaciones. En total sumarían entre 90 y 100 m2 y estarían por un precio máximo de alquiler de 360 euros cada casa. A esto, habría que sumar otras posibles subvenciones que pudieran tener quienes solicitasen vivir allí. “Mediante este convenio, Nasuvinsa se encarga en la totalidad de la rehabilitación de las cinco viviendas y posteriormente, con el alquiler social de estas viviendas, amortizaría su inversión; tras esto, las viviendas volverían a manos del Ayuntamiento”, explica el primer edil de la localidad.

Solo 42 casas habitadas

Esta noticia supone un halo de esperanza ante la despoblación que sufren municipios como Ujué/Uxue, donde únicamente se encuentran 42 casas habitadas en la actualidad. Dar un repaso por las personas que normalmente pernoctan en el pueblo permite contabilizar un máximo de 105 habitantes, lo que da un promedio de unos 2,5 por casa, la gran mayoría de una media de edad alta. Unos datos que dejan más que evidente que Ujué/Uxue necesita ser repoblada. Y es que, aunque suene a disparate, esta pequeña localidad tiene hoy en día menos habitantes que cuando estaba a punto de desaparecer en tiempos de Doña Leonor.

Pongámonos en situación. Allá por 1455, el rey Juan II desheredó a su hijo Carlos, príncipe de Viana y heredero de la Corona, con lo que la princesa Leonor, que ya había cumplido 30 años, pasó a ser gobernadora del reino mientras vivió su padre. En 1478, a causa de las malas cosechas, las hambrunas, pestes y la Guerra Civil, solo quedaban en Ujué/Uxue 26 casas habitadas, de las cuales siete no tenían ni ganados con qué labrar. Doña Leonor fue consciente de que el pueblo estaba en peligro de extinción y, para remediar el problema, concedió la condición de hijosdalgo a los que vivieran o fueran a vivir a Uxue. Desde aquel momento, los habitantes de este pueblo quedaban eximidos de las pechas que hasta entonces pagaban al rey y, así, a partir de 1501 el número de habitantes comenzó a ascender. En el censo de 1553 Ujué/Uxue tenía ya 139 hogares habitados y en 1800 se contaron 170 casas útiles, con un total de 974 habitantes.

Desde principios del siglo XX y hasta 1960, el casco urbano del municipio tenía 250 casas con cuatro, cinco y hasta seis personas en cada una. y por aquellos años había cerca de 1.600 habitantes. No obstante, fue a partir de este año cuando la gente comenzó a emigrar a Pamplona o sus cercanías y hoy en día son muy pocas las casas que se habitan de manera permanente. Una realidad que se da cuando además, ironías de la vida, Ujué/Uxue es uno de los pueblos más visitados. Incluso entró, en 2017, en la lista de los 57 municipios de la Asociación de los Pueblo Más Bonitos de España.

Fueron los atractivos de su iglesia-fortaleza y las calles ancladas en el medievo las que colocaron a Uxue dentro de aquella lista que, según destacó el alcalde del municipio, Rubén Sánchez, por aquel entonces, suponía una “posibilidad de promoción turística”. “Pertenecer a una asociación de este tipo es una oportunidad de difusión mediática”, expuso el edil, quien aclaró que cada año se acercaban hasta esta tierra entre 30.000 y 40.000 personas. Y es que queda demostrado que Ujué/Uxue es uno en días de labor y otro en épocas festivas. De lunes a viernes, el silencio se escucha y la vida discurre de puertas para adentro. Los fines de semana, en fechas señaladas –como la Romería de finales de este mes- o en verano, sus calles se llenan de color y, sobre todo, de calor. Calor de los turistas que, atraídos por sus calles, sus edificios, sus monumentos o su gastronomía se acercan hasta la localidad para disfrutar de un ambiente rural.

Y para que la vida continúe recorriendo hasta el último recoveco de Ujué/Uxue, así como de otras localidades, Nasuvinsa se suma a la lucha por paliar el fenómeno del despoblamiento con la recuperación de sus edificios en desuso y la disposición de pisos de alquiler público. Así, los proyectos arquitectónicos diseñados para cada localidad firmante del convenio ya están redactados y se prevé que la ejecución de las rehabilitaciones comience antes de verano y esté finalizada al terminar la época estival “Esperemos que para finales de año ya haya gente viviendo”, apunta Sánchez. En Ujué/Uxue, será el arquitecto Juan Cruz Lasheras Guilzu, escogido por el propio Ayuntamiento, el encargado del proyecto de la localidad. Concretamente, los proyectos de reforma y envolventes térmicas se realizarán conforme a altos estándares de eficiencia energética, con certificación EnerPHit, el sello acuñado por el instituto Passivhaus para proyectos de rehabilitación. En todos los casos, subraya la sociedad pública, se trata de viviendas idóneas para poder ofrecer alquiler a personas jóvenes de la zona.

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