Segadora, segadora,
¡que aborrecida te ves!
Todo el día en el rastrojo, agua no puedes beber
Siembra el pobre el labrador,
siendo del rico la tierra;
el rico sin sembrar coge,
el pobre no coge y siembra. Un labrador en el campo,
mirando el cielo lloró;
al ver que había perdido,
todo lo que allí sembró. Ya vienen los segadores,
de segar de los Monegros;
sólo por venirte a ver,
niña de los ojos negros.
(R. Lanas) LA SIEGA.
Tradicionalmente la siega se realizaba a mano, utilizando hoces. Las hoces tenían diferentes tamaños y curvatura. Eran de filo dentado, estrechas y finas. Se afilaban con piedras especiales que proporcionaba el propio fabricante y a veces con piedras recogidas en el campo. No queda constancia de la elaboración de hoces por parte de los herreros de la localidad. Las hoces se transportaban y conservaban envueltas en tiras o vendas de tela o papel. A esta operación se le denominaba vendar...