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LERGA: Soy navarra de nacimiento y ascendencia familiar, pero...

Soy navarra de nacimiento y ascendencia familiar, pero llevo toda la vida en Madrid. Conocí a Martín en la iglesia de un barrio de Pamplona. Acababa de publicar su libro y me lo enseñó. De vuelta a casa lo fuí leyendo y quedé admirada de su originalidad. Me pareció un ejemplar de arte literario muy "a la navarra", entre barojiano y, en cierto modo, con un sorprendente matiz mágico. Aún me parecía más increíble que el autor fuera aquel abuelo "curilla"... Pocas veces he leído una biografía que es, al tiempo, un esbozo magistral de la historia de Navarra en su etapa contemporánea y también una obra de arte, en ciertos momentos, surrealista. ¡Qué conciencia de vida y de participación ciudadana se bebe en él!, por un lado. Y, sin contradecir esto anterior ¡qué libertad sanamente atrevida y qué simpatía de niño la que permite al autor doblar y triplicar a una persona, volar de un lado a otro, confundiendo alegremente el mundo con un juego trivial! Quedé enamorada de su humanidad y quise encontrarle un buen difusor en Madrid, cierto que con poca suerte. "Muy localista..." No, hombre, no, querrá decir: "Muy navarro. Esencialmente navarro." Aún probó mi aita, que se mueve mejor en estos ámbitos, con alguna autoridad más afín. Tampoco. Ellos se lo pierden. En casa somos forofos de Martín, y no porque lo hayamos conocido. Yo soy la que más oportunidades tuvo de hablar con él y no alcanzan a contarse con los dedos de una mano. Supongo que nos enganchó "el Cuco" de su libro. El atractivo de un navarro con una fe, una nobleza y una valentía que tantos quisiéramos preservar como patrimonio histórico nuestro, porque hacer justicia a nuestros mayores. Martín era, a un tiempo, un hombre seriamente comprometido con su tiempo, trabajador incansable y artista. Y lo voy a decir sin miedo: un verdadero LITERATO. Aunque solo nos quede esta obra. Quisiera no olvidar al Cuco y, como a él le hubiera gustado que ocurriera, seguir buscando el modo de que este libro reciba la aprobación que merece. Él sabe ahora que lo intenté como pude, y sabe también que no he cejado en mi propósito.